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Falleció Javier Acosta tras recibir la eutanasia en Bogotá

La historia de Javier se viralizó en las redes sociales, conmovió a toda Colombia y se convirtió en un símbolo de lucha

Javier Acosta, el hincha de Millonarios de Colombia, cuya historia conmovió a miles en Colombia, falleció hoy 30 de agosto después de recibir la eutanasia a las 12:00 p. m. en un centro médico privado en Bogotá.

A sus 36 años, Acosta tomó la decisión de poner fin a sus intensos dolores, consecuencia de una bacteria que derivó en osteomielitis y posteriormente en un cáncer de sangre. Esta enfermedad, junto con un accidente de tránsito que lo dejó en una silla de ruedas hace nueve años, marcó el rumbo de su vida y lo llevó a optar por la eutanasia como una forma de liberación.

Al mediodía de hoy, rodeado por su familia y amigos más cercanos, Javier recibió la inyección que le puso fin a su sufrimiento. Desde hace semanas, Javier compartió abiertamente su lucha y la decisión de recurrir a la eutanasia, ganándose el apoyo y la admiración de muchos.

Su hija, María Valentina, fue su principal motivación. Para Javier, sacrificar su propia vida fue una manera de asegurarse de que su hija no perdiera su niñez ni su juventud cuidándolo en estado de discapacidad. En sus propias palabras, su decisión buscaba que María Valentina tuviera una vida plena, rodeada de amor y ternura, sin la carga de cuidar a un padre gravemente enfermo.

A las afueras del hospital San Ignacio, donde Javier recibió la eutanasia, cientos de hinchas de Millonarios se reunieron para darle un último adiós, mostrando que el fútbol es mucho más que una pasión, es una hermandad que trasciende los límites del deporte. Con cánticos, flores y banderas, los hinchas le hicieron saber que no estaba solo en su decisión y que siempre será recordado como un guerrero que luchó hasta el final.

Javier Acosta deja un legado de amor, fortaleza y valentía. Su historia no solo ha conmovido a los hinchas del fútbol, sino a todos aquellos que conocieron su lucha. En su despedida, Javier dejó un mensaje claro: la importancia de valorar la vida, la familia y los momentos compartidos, recordándonos que, aunque su tiempo en este mundo fue breve, su impacto perdurará por mucho tiempo.

Con información de Mi Oriente

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