Si bien es más frecuente en la adolescencia, la mitad de las mujeres en sus 20s, un cuarto de las mujeres en sus 30s y más del 10% de las mujeres en sus 40s pueden padecer de acné. Como podemos notar aquí, va disminuyendo su incidencia con la edad.
En su aparición se consideran varios factores que interactúan entre sí, como la sobre queratinización de los folículos, el exceso de producción de sebo, la colonización por una bacteria llamada cutibacterium acnes y la inflamación que todo esto produce.
Como ginecólogos jugamos un rol en el tratamiento y control de estas pacientes, ya que acompañamos a otras especialidades médicas para entender si una sobreproducción de andrógenos es la responsable del exceso de producción de sebo.
La condición más frecuente es el síndrome de ovarios poliquísticos, pero también existen otras enfermedades del ovario o de glándulas fuera del mismo que contribuyen al exceso de producción de andrógenos. En algunas pacientes se encuentran valores normales, y en ellas se considera que tienen una hipersensibilidad a esos niveles de andrógenos, ya que mejoran al tratamiento con anti androgénico.
En otras pacientes el brote aparece justo antes del siguiente ciclo menstrual, condicionado por las variaciones hormonales en esta etapa del ciclo. Y en algunas pacientes aparece secundario a cierto tipo de anticonceptivos hormonales.
Pero también debemos considerar otras causas, siendo la más común el cigarrillo, por su efecto inflamatorio y algunos productos de belleza. Lo más difícil es que muchas pacientes utilizan maquillaje para tapar las erupciones, lo que puede agravar aún más el brote.
Si notas que hay brotes recurrentes de acné, es muy importante no automedicarse y consultar. Un acompañamiento multidisciplinario puede ayudarte a controlar el brote y evitar brotes futuros sin poner en riesgo tu salud o la de tu futuro bebé si deseas ser mamá.
Vía Caraota Digital.