El Santuario de Betania, un rincón venezolano donde la fe se hizo realidad, sigue creciendo y transformándose. Ubicado en Cúa, estado Miranda, este lugar sagrado ha experimentado una renovación completa en los últimos años, gracias al esfuerzo conjunto del obispado, donantes y los fieles.
Una capilla dedicada al Santísimo Sacramento, una rectoría más moderna, una sacristía amplia y una casa para las hermanas religiosas, salas para catequesis y una hermosa plaza del Rosario, han surgido en las cuatro hectáreas del santuario.
Estos cambios son fruto de una promesa divina. Según relató María Esperanza Medrano de Bianchini, a quien la Virgen María se le apareció en este lugar, Betania sería un «lugar de oración y peregrinación permanente» para todos los pueblos del mundo.
Desde 1974, cuando María Esperanza reconoció la tierra gracias a las detalladas descripciones de la Virgen, este lugar ha sido un faro de esperanza para millones de fieles. La aparición pública de la Virgen Reconciliadora de Todos los Pueblos en 1984 consolidó a Betania como un santuario de gran importancia para la Iglesia católica.
Después de la aparición pública frente a aproximadamente 150 personas, el estudio de S.E. Mons. Pío Bello Ricardo y de la publicación de su Carta Pastoral sobre las apariciones en Finca Betania, en 1987 comienza a configurar el lugar como santuario.
Aún hoy se recibe la afluencia de peregrinos todos los días del año de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
Una de sus hijas recuerda que “la Santísima Virgen le prometió a la sierva de Dios María Esperanza de Bianchini que haría otra aparición pública masiva en el Santuario Betania, la cual se está esperando”.
Con información de NTN24