Exfoliar la piel con productos naturales siempre resulta una buena alternativa porque, además de ser más económico, resulta menos agresivo para la dermis que al utilizar productos de venta comercial.
Aunque son muchas las opciones de exfoliantes que se comercializan y ofrecen un sinfín de beneficios, los ingredientes que tienes en la despensa resultan ser igual o más favorables. Por ejemplo, el azúcar y la sal; estos no falten en los hogares y ayudan a eliminar las impurezas de la piel.
Pero, sabes cuál de ellos conviene más utilizar y por qué, te contamos, para que así puedas decidirte.
¿Exfoliar la piel con sal o azúcar?
Todo va a depender del tipo de piel, las necesidades y gustos de cada persona. Es decir, un ingrediente no es mejor o peor que el otro, todo va a depender de la piel y de lo que se quiera conseguir con la exfoliación.
En tal sentido, conviene conocer las características de cada ingrediente y así puedas decidirte por alguno de ellos.
La sal es un exfoliante fuerte ya que el grano es grueso. Está indicada para pieles secas y grasas porque arrastran y eliminan las durezas, pieles muertas y sequedad más rápido. Es decir, por sus bordes más filados, funciona mejor para suavizar las zonas ásperas de la piel del cuerpo. La sal como exfoliante puede provocar rojeces y picor al frotar con frecuencia.
Por su parte, usar azúcar como exfoliante es un poco más amigable porque se diluye mejor en el agua y los aceites, además, su olor es muy agradable. Se recomienda para pieles sensibles porque es más suave y no raspa la piel. Además, ayuda a hidratar y devolverle el brillo natural de la piel, haciéndola lucir más saludable.
¿Qué es mejor?
Tal como indicamos, cada uno de estos ingredientes aporta beneficios a la piel, pero depende del tipo y sus necesidades.
Es por ello que expertos señalan que su uso y eficacia no depende del ingrediente en sí, sino de lo que tu piel necesita. Por tanto, debes conocer qué tipo de piel tienes y qué deseas conseguir al realizarte una exfoliación.