Estudiantes manifestaron tener que recorrer todos los módulos para conseguir un pupitre en buen estado
Aunque van avanzados los trabajos por parte del Gobierno regional en la recuperación de los módulos 1 y 2 del campus Los Guaritos de la Universidad de Oriente (UDO), los estudiantes de la Casa Más Alta, piden sea priorizado también la dotación de pupitres y rescate de la biblioteca.
Los bachilleres manifestaron tener que «trastear» pupitres por todos los edificios de la universidad cuando van a entrar a una materia diferente, porque la mayoría de las sillas están ubicadas en la parte exterior de los edificios por el deterioro que presentan.
Luis Betancourt, estudiante de Ingeniería en Sistema, manifestó que «muchas veces los pupitres están rotos, o no hay; debemos ir por cada salón buscando. Cuando comenzamos el semestre nos quedamos parados o sentados en la ventanas de los salones».
En este sentido, Franco Díaz, añadió que «cuando se entra en una nueva materia, y que se debe cambiar de aula, cada estudiante debe cargar con un pupitre para estar cómodo en el salón. Debemos ir al módulo 2 y 3 pero nos encontramos que los pupitres están sucios y destrozados».
Del mismo modo, Raúl López, manifestó que «hemos tratado de recuperar lo más que se ha podido pero necesitamos más de la mano del
Gobierno Regional. Con los trabajos de Gobernación, en los módulos, por lo menos deben haber 30 salones por aulas para que el proceso del conocimiento sea de mejor manera, con condiciones agradables».
Desvalijado el corazón de la universidad
A la UDO intentaron borrarle la memoria con el ataque que sufrió la biblioteca. Sus estanterías fueron robadas y los libros, tesis y demás referencias bibliográficas fueron lanzadas al piso, formando especie de montañas.
Esta situación, según el profesor Juan Peraza, con 25 años de servicio a la universidad, «repercute en que las investigaciones a fondo quedan a medio camino porque no hay donde consultar».
«Los depredadores se robaron la estantería y lanzaron los libros al suelo. El que lee no roba y el que roba no lee», reflexionó el docente de la Escuela de Ciencias Aplicables (ECA).
Esta teoría del docente se confirmó al encontrarse un estudiante de Producción Animal que entre la pila de libros, trataba de ubicar a uno de la Anatomía del perro.
«Tengo horas buscando en esta oscuridad y no he logrado conseguir el libro, y no cuento con internet en casa y el dinero para ir a un cyber para indagar por varias horas», expresó Luis Urbina.
