
Científicos han identificado un sorprendente nuevo canal sensorial que conecta directamente las bacterias del intestino con las neuronas, revelando una conexión intestino-cerebro mucho más profunda de lo que se creía.
Esta investigación, publicada este jueves, 24 de julio, sugiere la existencia de lo que podría ser un «sexto sentido» en el cuerpo humano, con implicaciones significativas para la salud mental, el apetito y trastornos como la obesidad.
El «Sentido Neurobiótico»: Un Vínculo Directo Intestino-Cerebro
Durante años, se ha hablado de la intrincada relación entre el sistema digestivo y el cerebro, pero este nuevo estudio de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, lleva esta comprensión a un nivel sin precedentes.
Los investigadores han identificado lo que han denominado el «sentido neurobiótico»: una capacidad del cuerpo para detectar señales moleculares del intestino en tiempo real y, a su vez, modificar nuestro comportamiento, especialmente en aspectos relacionados con el hambre y el estado de ánimo.
La clave de este descubrimiento radica en el estudio de la flagelina, una proteína bacteriana común en el intestino, conocida por activar el sistema inmune.
Sin embargo, el equipo de investigación se propuso determinar si esta molécula también podía enviar señales directamente al cerebro. En experimentos con ratones en ayuno, se observó que la administración de flagelina reducía significativamente su ingesta de alimentos, lo que sugiere una influencia directa sobre el apetito.
El mecanismo de esta comunicación directa parece involucrar a las neurópodos, células especializadas ubicadas en el colon que actúan como enlaces entre las bacterias intestinales y el sistema nervioso a través del nervio vago.
Cuando los científicos desactivaron los receptores sensibles a la flagelina en los ratones, estos volvieron a comer normalmente, reforzando la hipótesis de que esta proteína envía un mensaje que el cerebro procesa y traduce en una respuesta inmediata.
Implicaciones para Nuevas Terapias en Obesidad y Salud Mental
El hallazgo de este «sentido neurobiótico» abre un campo de investigación completamente nuevo y muy prometedor. Los autores del estudio sugieren que este descubrimiento podría ofrecer una comprensión más profunda de los trastornos alimentarios, la obesidad y ciertos desequilibrios emocionales.
A largo plazo, la posibilidad de ajustar la dieta o modificar la microbiota intestinal podría convertirse en una poderosa herramienta terapéutica para influir directamente en el comportamiento humano y mejorar la salud mental.
Aunque los estudios iniciales se realizaron en roedores, las similitudes entre los sistemas digestivos de ratones y humanos sugieren fuertemente que este nuevo sentido también podría estar presente en nosotros. Si esto se confirma, podríamos estar ante una revolución en la medicina neurointestinal y en la forma en que entendemos la profunda influencia de nuestros microbios en la mente.
Con información Noticias Caracol