
Primero fue Sudán del Sur. Luego, el reino africano de Esuatini. Y ahora es Ruanda el país que va a acoger inmigrantes deportados desde Estados Unidos. Así, lo han confirmado los dos países después de llegar a un acuerdo que, según medios locales, fue firmado el pasado mes de junio pero no se ha hecho público hasta ahora. «Ruanda acordó con Estados Unidos aceptar hasta 250 migrantes, en parte porque casi todas las familias ruandesas han experimentado las dificultades del desplazamiento», dijo Yolande Makolo, portavoz del gobierno.
Makolo afirmó que Ruanda reasentará a los migrantes deportados, les ofrecerá capacitación laboral, atención médica y alojamiento para que puedan reiniciar sus vidas en el país.
Este ha sido el último país en colaborar con la administración Donald Trump, que tiene como objetivo que miles de migrantes detenidos y bajo custodia del Gobierno abandonen el país. En julio, la Corte Suprema de Estados Unidos aprobó la deportación de ocho hombres a Sudán del Sur. El reino africano de Esuatini también aceptó a cinco deportados de y anunció planes para repatriarlos a sus países de origen.
Solicitantes de asilo o migrantes
Ruanda, que ya ha suscrito acuerdos similares con países como Reino Unido e Israel para acoger solicitantes de asilo o migrantes, se ha consolidado como un socio dispuesto en la gestión migratoria global. Estas iniciativas han generado tanto elogios como críticas. Mientras algunos las interpretan como un gesto humanitario, otros cuestionan la transparencia, las condiciones de acogida y el impacto a largo plazo de estos convenios.
El acuerdo con Washington coincide con el endurecimiento de las políticas migratorias promovidas por Donald Trump, quien desde su regreso a la Casa Blanca, ha prometido deportaciones masivas al culpar a los inmigrantes de la criminalidad en el país. Además, el pacto se ha firmado en un contexto de acercamiento diplomático entre EEUU, Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC).
El pasado 27 de junio, Estados Unidos logró mediar en la firma de un acuerdo de paz a nivel ministerial entre Kigali y Kinsasa con el objetivo de poner fin a más de tres décadas de tensiones bilaterales.
El acuerdo, no obstante, abrió la puerta a que Washington pueda explotar minerales críticos en la región, y ya el pasado 17 de julio la RDC firmó un acuerdo de principios sobre exploración minera con la empresa estadounidense KoBold Metals, en un nuevo paso para cumplir las promesas del presidente congoleño, Félix Tshisekedi, a Trump.
Vía El Confidencial