
En medio de un ambiente cargado de dolor y solemnidad, en horas de la noche de este lunes, María Claudia Tarazona llegó al Congreso de la República para rendir homenaje póstumo a su esposo, el senador colombiano y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien falleció tras permanecer más de dos meses en estado crítico por un atentado el 7 de junio en Bogotá.
Tarazona, frente a los asistentes y a los medios, pronunció unas palabras que mezclaron gratitud, fe y un llamado a la reconciliación nacional. Inició agradeciendo “a todos los colombianos y a todas las personas que nos han acompañado en los distintos lugares del mundo durante estos dos largos y difíciles meses”.
También expresó un reconocimiento especial “a todos los médicos, en cabeza del doctor Hakim, que hicieron todo lo posible y todo lo humanamente y médicamente posible por salvarle la vida a Miguel”, así como al equipo de enfermeros y enfermeras que, según dijo, “lucharon a la altura de Miguel, esa batalla que Miguel hubiera querido que dieran y que lo hicieron con altura”.
Entre pausas para contener la emoción, agradeció “por no desfallecer y estar con Miguel hasta el último minuto” y dio “infinitas gracias a Dios por haberme permitido estos dos meses al lado de Miguel, por haber aprendido a amar a Dios y a recibirlo en mi corazón”. Confesó que sin ese tiempo de preparación “hubiera sido imposible enfrentar este momento” y aseguró que la fe le dio fortaleza y le enseñó “el camino del amor”.
Recordó a su esposo como “un hombre maravilloso para nosotros, el que canta, el que juega ajedrez, el que toca piano, el que compone canciones, el que le dedicó la vida con amor y entrega a Alejandro, a mis hijas y a mí”. Y añadió que, para el país, también fue “un hombre maravilloso que soñaba con la paz y la unión de Colombia” y que anhelaba “un país donde ningún niño repitiera la historia que hoy su hijo está repitiendo”.
Vía Notitarde