
Una bebé murió después de que su padre la golpeara por «llorar demasiado», según la policía.
La Policía de Mesa (Arizona – Estados Unidos) arrestó a Jonathan Enriquez, de 22 años, el miércoles pasado. Está acusado de homicidio en primer grado y abuso infantil.
Según documentos judiciales, las autoridades recibieron informes de una bebé que no respiraba el 11 de julio. Cuando llegaron los oficiales, la bebé no respondía y fue trasladada de urgencia al hospital en estado crítico.
En el lugar de los hechos, la policía detectó inconsistencias en lo sucedido por parte de ambos padres. Afirmaron que la bebé se había caído de la cama, y Enriquez admitió haber sido «bastante fuerte» al cambiarle el pañal, diciéndole a los detectives que ella se golpearía en la cara. En ese caso, admitió sentirse frustrado, pero negó haber golpeado a la niña.
Investigaciones
Inicialmente, a los investigadores también se les dijo que la bebé se atragantó mientras le daban el biberón. Enriquez luego relató dos versiones más a las autoridades: primero, que la bebé se cayó de la silla del auto y se metió en una carriola, golpeándose la cabeza al menos una vez. Luego, afirmó que la bebé recibió un golpe con la hebilla de la silla, lo que le causó hematomas alrededor de los ojos.
Los investigadores se enteraron más tarde de que Enriquez le había enviado un mensaje de texto a la madre que se había ido a trabajar, diciéndole que tenía que volver a casa de inmediato, diciendo que el bebé no estaba respirando y que él «había cometido un error».
En el hospital, los médicos observaron que tenía una fractura de cráneo, hemorragia cerebral y hematomas alrededor de los ojos, así como una pierna y costillas rotas, según los documentos de arresto. Estuvo hospitalizada durante 15 días hasta su fallecimiento el 26 de julio.
Los documentos judiciales señalaron que una autopsia reveló lesiones que parecían ser el resultado de “golpes, aplastamientos o pisotones” y describieron la gravedad de muchas de esas lesiones como “catastrófica”.
Vía | Cactus 24