
Un total de 32 choferes de la Asociación Civil Transporte Miraflores, que operan en la ruta Quiriquire-Maturín, solicitan un aval para poder trabajar. Aseguran que poseen la autorización de la alcaldía de Punceres, pero aún están a la espera del permiso de la dirección de transporte de la ciudad capital del estado Monagas.
Douglas González, presidente de la asociación, afirma que cuentan con toda la documentación en regla y que únicamente esperan el aval que debe otorgar el director del Terminal de Maturín, José Maza. Los choferes denuncian que, ante la falta de este documento, han sido objeto de amedrentamiento.
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“Dondequiera que estemos, nos envían a remarcar, nos someten a operativos y nos amedrentan. Por eso hago un llamado al gobernador Ernesto Luna y al presidente de la República, Nicolás Maduro, para que nos apoyen a resolver esta situación, ya que somos padres de familia y yo tengo cáncer, por lo que necesito trabajar para costear mi tratamiento”, agrega.


Aseguran que han recibido amenazas
Los choferes aseguran que en ocasiones anteriores también recibieron amenazas sin justificación, resaltando que todos merecen acceso al trabajo. En la zona habitan alrededor de 33 mil personas, y las tres líneas de transporte, cada una con 20 vehículos, son insuficientes para atender a la población.
Además, destacan que el señor José Maza no les ha proporcionado razones legales sobre la negativa del permiso, y que solo se han reunido en dos ocasiones, donde él sigue indicando que no les otorga el permiso para obtener el aval.
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“No nos da contexto, solo menciona que hay muchas organizaciones involucradas. Pero repito, 33 mil habitantes y 75 vehículos no son suficientes”, enfatiza.
Asimismo, aclara que no buscan el aval para exigir gasolina, ya que la adquieren en dólares; simplemente desean continuar trabajando y ofreciendo su servicio a la comunidad. Si la negativa persiste, advierten que se verán obligados a acudir a los tribunales en busca de justicia.
“Nosotros no vamos a cerrar vías ni nada por el estilo; somos personas pacíficas que solo queremos laborar y no ver afectado nuestro sustento, que es este trabajo como conductores. Si se nos impide trabajar, se nos está negando el derecho a sobrevivir a una enfermedad mortal como el cáncer. Sin trabajo, no puedo costear mis medicamentos”, acota.
Fotos/Smith Rodríguez