
La parchita es una fruta tropical de sabor intenso y aroma inconfundible que se ha popularizado en jugos, cocteles y postres. Sin embargo, más allá de su atractivo culinario, esta fruta guarda un valor especial en la medicina natural gracias a sus múltiples propiedades curativas para el organismo.
Su pulpa es rica en antioxidantes, vitamina C, vitamina A y fibra, lo que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a mejorar la digestión. Además, contiene compuestos bioactivos que contribuyen a reducir la inflamación y proteger las células del daño ocasionado por los radicales libres.
Uno de sus beneficios menos conocidos es su efecto relajante, pues contiene alcaloides y flavonoides que favorecen la calma y el sueño de forma natural, por lo que se recomienda su consumo en personas con ansiedad, insomnio o altos niveles de estrés. Aunque no se trata de un tratamiento.
De acuerdo a expertos, esta fruta presenta varias actividades benéficas como funciones antioxidantes, antiinflamatorias, antihipertensivas, hepatoprotectoras, antidiabéticas, sedantes y antidepresivas; estas bioactividades se deben a la presencia de compuestos bioactivos como la luteolina, apigenina y quercetina.
Asimismo, su consumo regular puede contribuir a la salud cardiovascular, ya que sus antioxidantes ayudan a mejorar la circulación y a reducir los niveles de colesterol en la sangre. Por su parte, la fibra de su pulpa es ideal para mantener un tránsito intestinal saludable.
Vía VTV