
En diversos sectores del municipio Maturín, los devotos se reúnen para celebrar a la Virgen del Valle, la patrona de Oriente.
Arminda Lina, residente de la antigua avenida Rojas, comenta que ha sido devota de la virgen durante 26 años, gracias a los numerosos milagros que ha recibido. Desde entonces, ha establecido la tradición de invitar a familiares y amigos a su casa para rendir homenaje a Vallita.
«Desde hace años hemos solicitado milagros que hemos visto concedidos, lo que ha fortalecido nuestra fe. Nunca dejamos pasar por alto su día. Nos reunimos muchas personas, rezamos el Rosario y preparamos un sancocho, además de cantarle ‘Feliz Cumpleaños'», menciona.
Asimismo, pide que este año y el próximo haya paz en Venezuela y en el mundo, así como armonía, y que se sane a los enfermos de su familia.




Con fe llevan su imagen de Vallita a la iglesia
Por otro lado, en El Silencio de Campo Alegre, la familia Jaramillo tiene la costumbre de visitar primero la Catedral con la imagen de la virgen para rezar el Rosario, y luego, en su hogar, le cantan ‘Feliz Cumpleaños’ junto a sus vecinos.
«Desde hace más de 50 años, esta tradición ha pasado de generación en generación. Siempre nos hacemos una franela con su imagen. Aunque hoy no está la familia completa, celebramos su día con alegría. Ella nos ha concedido muchos milagros, y cada día le agradecemos», añade Lisbeth Jaramillo.
Unión familiar, paz y protección son las principales peticiones de esta familia, que expresa su fervor hacia Vallita.
Por su parte, Vilma Villegas Luces también se dirige cada 8 de septiembre a la Catedral con la imagen de Vallita y sus hermanas, continuando así una tradición de fe que ha perdurado por décadas.
Resaltan que también celebran su apellido, Del Valle, y aunque solían viajar a la isla de Margarita, esta vez se quedaron y siguen celebrando este día con gran fervor.
«La Virgen del Valle representa para nosotras paz en la familia, armonía y tranquilidad. Cada año la vestimos y la llevamos a la iglesia. Lo que más deseamos es la armonía entre los países y que ella nos cubra con su manto», concluye Vilma.

Fotos/Juan Goitía