
El ministro del Trabajo de Corea del Sur, Kim Yong-hoon, ha condenado el trato que recibieron cientos de trabajadores surcoreanos tras una redada de inmigración en una planta de Hyundai en Georgia, Estados Unidos. Los trabajadores fueron detenidos y encadenados por oficiales armados del ICE, un trato que el ministro calificó de «brutal».
Según el Financial Times, Kim se mostró «conmocionado» por las imágenes de la operación y afirmó que «ni siquiera los prisioneros de guerra serían tratados así».
Aunque reconoció el derecho de Washington a tomar medidas contra los indocumentados, el funcionario argumentó que estos trabajadores no estaban quitando empleos a ciudadanos estadounidenses.
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Detalles de la redada y la situación de los trabajadores
La redada, una de las más grandes de la actual ofensiva migratoria, tuvo lugar el 5 de septiembre en la planta Hyundai Metaplant en Ellabell, Georgia. En total, 475 personas fueron arrestadas, en su mayoría ciudadanos coreanos.
Según Steven Schrank, agente especial a cargo de las Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), los detenidos eran sospechosos de trabajar sin la documentación migratoria adecuada.
Algunos habían entrado al país sin autorización, mientras que otros habían excedido el tiempo permitido por sus visas o contaban con exenciones que no los autorizaban a trabajar.
Con información de Ultimas noticias