
El trabajo es uno de los factores que más influye en la salud física y mental de las personas, con una tendencia preocupante en la actualidad, donde las bajas laborales por trastornos como ansiedad, depresión o estrés están al alza.
Se calcula que a nivel mundial, se pierden 12 millones de días de trabajo derivados de estos trastornos y en España, ya son la segunda causa de baja laboral, con un aumento en 2023 de casi el 16% respecto al año anterior.
Ante este panorama, la Federación Salud Mental de Castilla y León quiere promover entornos laborales sanos para minimizar los factores de riesgos psicosociales. Noelia Cabrera, responsable del Área de Inclusión Laboral de la Federación, explica la importancia de promover el bienestar emocional en las empresas: «Reduce diferentes factores vinculados a los riesgos psicosociales y evita el absentismo laboral, favorece la productividad y el rendimiento y mejora la imagen y reputación de la compañía».
Eso en cuanto al trabajo y el entorno, pero quienes lideran grupos de trabajo también tienen mucho que decir. Por eso, se insiste en la necesidad de formar a los mandos intermedios de las empresas: «También reduce el estigma que hay, porque a veces no se ponen medidas por desconocimiento. Si identificamos a las personas que lideran y están sensibilizados, será fundamental para evitar los riesgos psicosociales».
Como buenas prácticas para mejorar el entorno laboral, Federación Salud Mental de Castilla y León aconseja apostar por la reducción de jornada cuando sea posible, aplicar una flexibilidad horaria que favorezca la conciliación, respetar el derecho a la desconexión y reconocer las sobrecargas de trabajo.
Medir y remediar
Precisamente, esta es una buena receta para prevenir los riesgos psicosociales, que aunque puedan parecer difíciles de detectar, desde CCOO aseguran que hay fórmulas que miden y bareman estas realidades.
Desgraciadamente, salvo excepciones, las empresas siguen viendo estos problemas de su plantilla como aspectos puramente personales, sin relacionarlos con el ambiente y la organización laboral.
Pero es que además, hay un factor económico: prevenir la ansiedad, la depresión y el estrés es más barato que poner remedio cuando ya han provocado la baja del trabajador… y más incluso que en el caso de las medidas de prevención de otros riesgos, digamos, físicos. Elena Zazo, técnica de prevención de riesgos laborales de CCOO: «Son medidas que son menos costosas, porque poner un perímetro de seguridad, hacer una evaluación higiénica o contar con EPI es más costoso; pero reorganizar el trabajo puede que tenga un coste mayor en términos personales».
Los trabajadores, además, se encuentran con un problema añadido, y es que de momento estas enfermedades se tratan como bajas por contingencia común, es decir, al margen de lo laboral: «Como son bajas por contingencia común, no tenemos datos porque no se reconocen como enfermedad laboral, y eso merma la prevención, porque habría que actuar para que esto no volviera a ocurrir. Si se piensa que son problemas personales, no ponemos el foco donde debemos».
Vía Cadenaser