Las discusiones forman parte de la vida diaria, ya sea con la pareja, con amigos o en el trabajo. Aunque puedan parecer un choque innecesario, lo cierto es que debatir ayuda a expresar puntos de vista, aclarar malentendidos y, en algunos casos, fortalecer vínculos. Sin embargo, la clave no está en evitar los enfrentamientos, sino en aprender a gestionarlos de forma saludable. Existen estrategias para que estas conversaciones no se conviertan en una batalla sin fin. Escuchar de verdad al otro, mostrar empatía y tratar de entender de dónde vienen sus argumentos es la clave para ello. Incluso repetir lo que la otra persona ha dicho para confirmar que lo hemos entendido bien reduce los malentendidos y hace que el diálogo sea más constructivo.
Aun así, hay situaciones en las que, por mucho esfuerzo que pongamos, la discusión es imposible de ganar. Chocar con alguien que ignora la lógica, que no escucha o que simplemente quiere tener la última palabra puede ser agotador. En esos casos, los expertos coinciden: no merece la pena perder tiempo y energía con quienes no razonan.
El consejo de Jordi Segués
Jordi Segués, experto en desarrollo personal, lo tiene claro: “Aprende a dejar que los estúpidos ganen las discusiones. Serás más feliz. Si discutes con personas estúpidas. Nunca ganarás”. Lo que propone Segués no es rendirse sin más, sino entender que ceder en determinadas conversaciones no significa debilidad, sino inteligencia emocional.
“Tú intenta ser racional, con sentido común, argumentando, pero ellos no. No siguen tus reglas y en el juego de la estupidez te van a ganar porque tienen más experiencia que tú”, asegura el experto. Para él, entrar en el terreno de quien no utiliza el sentido común es perder de antemano, porque esas personas tienen una ventaja: juegan con reglas que no siguen la lógica.
Dejar que los estúpidos ganen trae consigo una recompensa mucho más valiosa: paz interior y menos desgaste emocional “Aprende a dejar que los estúpidos ganen las discusiones. Sé que cuesta, pero pruébalo”, concluye Segués. Este enfoque busca proteger la salud mental. Liberarse de la necesidad de ganar siempre permite enfocar la energía en lo que realmente importa. Como indica el experto, probar a dejar que los “estúpidos” ganen puede ser difícil al principio, pero trae consigo una recompensa mucho más valiosa: paz interior y menos desgaste emocional.
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Vía El Confidencial
