El Castillo de Windsor recibió con honores al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el miércoles. Sin embargo, más allá de la recepción hubo muchos descontentos con su segunda visita de Estado sin precedentes.
Decenas de manifestantes salieron a las calles de Windsor antes de su visita para corear: «Hey, hey, ho, ho, Donald Trump se tiene que ir» y «Donald Trump no es bienvenido aquí».
«No creo que sea correcto que tengamos a Trump para una segunda visita de Estado debido a su horrible retórica, políticas y acciones hacia las mujeres y las personas de color», expresó Grace Nathew.
El grupo de manifestantes sostenía carteles que decían: «Trump, tu política apesta» y «Vete. Estás contaminando Windsor».
La policía informó que arrestaron a cuatro personas el martes por un acto en el que se proyectó una imagen de Trump y Jeffrey Epstein en una torre del Castillo de Windsor, un recordatorio de la relación del presidente con el financiero acusado de abusar de menores.
El rey Carlos III recibió a Trump en el castillo. El presidente disfrutó de un paseo en carruaje tirado por caballos por los terrenos, mientras las bandas militares tocaban los himnos nacionales de Estados Unidos y el Reino Unido. Además, las autoridades planearon un banquete lujoso para la noche.
En Londres, a unos 32 kilómetros (20 millas) al este de Windsor, cientos de manifestantes comenzaron a reunirse para una marcha en protesta por su visita.
La Policía Metropolitana se estaba preparando por la movilización de hasta 50 grupos de protesta que saldrán a las calles por la tarde y marcharán hacia el Parlamento.
Más de 1.600 oficiales serán desplegados para mantener el orden en las calles.
Con información de Medios Internacionales
