Bienestar

Morderse las uñas puede dañar tu boca y sistema digestivo

Aunque afecta a personas de todas las edades, es más común en la niñez y tiende a disminuir con el paso de los años

El hábito compulsivo de morderse las uñas de las manos, conocido como onicofagia, va más allá de ser una simple «mala costumbre». Es una conducta repetitiva centrada en el cuerpo (Cuerpo-Focused Repetitive Behavior, CFRB) con profundas raíces emocionales y conductuales, y puede tener consecuencias significativas tanto para la salud física como mental.

Aunque afecta a personas de todas las edades, es más común en la niñez y tiende a disminuir con el paso de los años.

Especialistas aseguran que la onicofagia es generalmente una respuesta a factores emocionales. El psicólogo Eliecer Torrealba señala que la causa más común está directamente relacionada con el estrés y la ansiedad.

Morderse las uñas se convierte en un mecanismo para liberar la tensión acumulada, aliviar el nerviosismo o generar una sensación de calma y control en momentos de presión o dificultad.

Otras causas psicológicas incluyen:

  • Aburrimiento o Inactividad: «La falta de estimulación puede llevar a la persona a morderse las uñas como una forma de autoestimulación o distracción,» explicó el psicólogo Torrealba.
  • Factores Psicológicos: Puede estar asociado a otros trastornos como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o la baja autoestima.
  • Perfeccionismo: La búsqueda errónea de eliminar imperfecciones en las uñas también puede detonar el hábito.

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Daños a la salud: De infecciones a problemas dentales

Aunque parece inofensiva, la onicofagia puede generar una serie de problemas de salud. El especialista Torrealba detalla las principales afectaciones:

1. Salud física (Uñas, piel e infecciones)

  • Deterioro de la uña: El mordisqueo constante provoca el deterioro, volviéndola frágil, quebradiza y con crecimiento irregular.
  • Riesgo de infecciones: Puede causar infecciones bacterianas o fúngicas en los dedos, además de enrojecimiento, inflamación y heridas en la piel que rodea la uña.
  • Problemas digestivos: Al ingerir los trozos de uñas, se pueden introducir gérmenes y bacterias que causan problemas gastrointestinales, como gastroenteritis.

2. Salud bucodental

  • Daño Dental: La fricción y la presión continua sobre los dientes pueden provocar el desgaste del esmalte dental, fisuras, astillamiento y fracturas.
  • Riesgos Adicionales: Aumenta el riesgo de caries, infecciones en las encías y mal aliento (halitosis) por la transferencia de bacterias.
  • Mandíbula: En casos severos, puede causar alteraciones en la mandíbula y la mordida, provocando dolor y problemas en la articulación temporomandibular (ATM).

3. Impacto psicológico y social

El aspecto estético de las manos dañadas puede generar vergüenza, inseguridad y malestar social, lo que a su vez retroalimenta el hábito. El miedo a ser juzgado puede llevar al aislamiento social y a esconder las manos, dificultando las relaciones interpersonales.

Estrategias para eliminar la onicofagia

La onicofagia es un problema que, si no se controla, puede convertirse en una compulsión que requiere ayuda profesional. Para su tratamiento, los expertos ofrecen varias recomendaciones:

Intervención en Niños

En los más pequeños, es vital actuar de inmediato sin generar mayor estrés:

  1. Identificar la Causa: Averiguar el origen de la onicofagia o si se produce ante determinadas situaciones.
  2. Evitar el Castigo: No regañar al niño ni hacerlo sentir vergüenza, ya que esto solo aumenta el estrés e intensifica el hábito.
  3. Educación no Alarmista: Explicar las consecuencias del hábito sin alarmar.
  4. Modificación Gradual: Modificar el comportamiento de forma paulatina para no generar mayores daños.

Recomendaciones generales para adultos

  • Cuidado Visual: Mantener las uñas cuidadas, limadas y, si es posible, pintadas, para que funcionen como una señal visible que recuerde evitar el hábito.
  • Esmaltes Amargos: Usar esmaltes incoloros con sabor amargo (como los que contienen benzoato de denatonio) para desincentivar la conducta.
  • Redirección de la Conducta: Cuando aparezca la tentación de llevar la mano a la boca, retirarla de inmediato y redirigirla hacia otra actividad.
  • Control de Estímulos: Reconocer los momentos, emociones o situaciones que detonan el impulso y trabajar en estrategias para reducir o eliminar esos estímulos (p. ej., técnicas de relajación).
  • Otras Técnicas: Considerar métodos de apoyo como pulseras de autorecordatorio o dispositivos de protección dental.

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