
El júbilo por la canonización del Dr. José Gregorio Hernández (JGH) se vive intensamente en el estado Monagas, particularmente en la capital, donde la fe y la tradición se unen en torno a la figura del ahora santo venezolano.
En el Urbanismo Dr. José Gregorio Hernández, ubicado en la parroquia Las Cocuizas del municipio Maturín, los devotos conmemoran el ascenso a los altares de su patrono relatando testimonios de milagros personales.
Testimonios de fe y curación
Rosa Amelia Padrón, residente del urbanismo, compartió con profunda emoción el milagro que, según su testimonio, obró el médico de Isnotú en su vida. Padrón relató que padecía una dolencia en sus brazos que le impedía levantarlos, a pesar de estar bajo tratamiento médico.

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«Mi fe siempre puesta en el doctor José Gregorio Hernández hasta que, un día me visitó, entró a mi habitación y sentí que me vacunó. Era una luz muy bella que al recordarla me llena de mucho sentimiento, porque él me sanó», argumentó Padrón con lágrimas en los ojos, destacando una curación que atribuye a la intervención del beato.
Otro testimonio fue el de Reina Formica, una residente de 57 años en el sector Reina Formica, quien relató la sanación de su esposo. Tras una operación de vejiga por una obstrucción, el paciente sufrió una reacción alérgica y convulsiones.
Estando en observación: «Comenzó a ver muchas cosas, entre ellas al doctor José Gregorio Hernández, a partir de ese momento comenzó su sanidad», aclaró.
Formica también mencionó que su propio padre se curó luego de recibir en sueños una «medicina» directamente del santo.
Una devoción establecida y solemne
La devoción organizada en este urbanismo de Las Cocuizas se remonta a 2017, cuando el sacerdote local, Manuel Jerónimo Sifontes, formalizó el nombre de la comunidad como «Mi Pequeña Comunidad José Gregorio Hernández».
Magali Saballo, coordinadora del grupo religioso, relató que desde aquel día no solo realizan actividades culturales y peregrinaciones, sino que han sido testigos constantes de los favores atribuidos al santo.
Saballo destacó la importancia del evento para el pueblo venezolano:
«Para la iglesia católica, ahora es que se está subiendo a los altares a José Gregorio Hernández, pero para los venezolanos él ya era un santo, no solo por la vida que llevó, dedicada al servicio de la gente».
Recordó además la tradición de que JGH murió arrollado en Caracas mientras buscaba medicamentos para uno de sus pacientes.
La comunidad recuerda con gran devoción cada 26 de octubre el natalicio del «médico de los pobres», quien ahora se eleva a la categoría de «médico universal por excelencia».
Icono de fe en Maturín
La figura de San José Gregorio Hernández está anclada en la cultura monaguense.
En el casco histórico de Maturín, una escultura del santo se erige justo frente a la plazoleta de la Catedral, sirviendo como un punto de encuentro y recuerdo para los ciudadanos de que «la fe trasciende los años y las fronteras y que los milagros están escondidos en el corazón del creyente».
Vía Nota de prensa