Un reciente estudio sugiere que beber entre tres y cuatro tazas de café al día podría ayudar a frenar el envejecimiento biológico en personas que padecen enfermedades mentales graves. La investigación encontró que esta dosis moderada está asociada con la presencia de telómeros más largos, estructuras protectoras de los cromosomas.
El hallazgo es significativo, ya que los participantes que consumían esta cantidad de café mostraron una edad biológica equivalente a cinco años menos que aquellos que no bebían café. Sin embargo, los investigadores advierten que este beneficio desaparecía al superar las cuatro tazas diarias.
Función del café y los telómeros
Los telómeros son estructuras que protegen los extremos de los cromosomas y se acortan naturalmente con la edad. En individuos con condiciones como esquizofrenia, psicosis o trastorno bipolar, este desgaste celular suele ser más acelerado.
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Dado que los telómeros reaccionan a factores ambientales, los investigadores del proyecto noruego TOP (Psicosis Organizada Temáticamente) se propusieron examinar si el café, conocido por sus propiedades antioxidantes, podía influir en este proceso.
Resultados y consumo moderado
El estudio analizó a 436 adultos reclutados entre 2007 y 2018; de ellos, 259 tenían esquizofrenia y 177, trastornos afectivos. Los investigadores registraron los hábitos de consumo de café (0, 1–2, 3–4, o más de 5 tazas al día) y si los participantes fumaban (el tabaco afecta el metabolismo de la cafeína).
Los resultados mostraron una tendencia clara:
- Efecto protector: Un consumo moderado (3–4 tazas) se asoció con una notable protección celular.
- Efecto nulo o negativo: Un consumo elevado, al superar la dosis recomendada por las autoridades sanitarias (aproximadamente 400 mg de cafeína), no mostró beneficios e incluso podría favorecer la aparición de sustancias que dañan las células, acelerando el acortamiento de los telómeros por estrés oxidativo.
Limitaciones del estudio y conclusión científica
Los autores aclaran que su investigación es un estudio observacional y, por lo tanto, no puede establecer que el café sea la causa directa del efecto protector. Además, reconocen la falta de información detallada sobre el tipo de café o la cantidad exacta de cafeína consumida.
Pese a las limitaciones, los investigadores creen firmemente que las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del café son la explicación más probable para su posible papel en la protección del envejecimiento celular.
Con información de Notitarde