El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela denunció formalmente este sábado la intervención y retención de un nuevo buque de propiedad privada que transportaba crudo venezolano.
Según el comunicado oficial, la acción fue ejecutada por efectivos militares de los Estados Unidos en aguas internacionales, calificando el suceso como un «acto de piratería y robo».
Este incidente representa el segundo evento de naturaleza similar en pocos días, lo que el Ejecutivo considera una escalada en la política de asedio contra la industria energética del país.
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Violaciones al derecho internacional
El documento emitido por la Cancillería subraya que estas acciones vulneran normas fundamentales que rigen la convivencia entre naciones.
Los puntos críticos de la denuncia incluyen:
- Violación de la soberanía: Interferencia en actividades comerciales lícitas de un Estado soberano.
- Atentado a la libertad de navegación: Incumplimiento de los convenios internacionales de seguridad marítima.
- Crisis humanitaria: Se denunció la desaparición forzada de la tripulación, lo que añade una gravedad jurídica y humanitaria al caso.
Acciones diplomáticas y legales
Ante lo que el Gobierno denomina un «modelo colonialista de saqueo», se han anunciado las siguientes medidas inmediatas:
- Denuncia ante la ONU: Elevación del caso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
- Activación de organismos multilaterales: Notificación a gobiernos aliados y entes internacionales de justicia.
- Defensa energética: Ratificación de que el país continuará su desarrollo petrolero de manera autónoma.
“Los responsables de estos hechos deberán responder ante la justicia y ante la historia”, concluye el texto oficial, reafirmando que Venezuela no cederá ante presiones externas que busquen frenar su recuperación económica.
Con información de Globovisión