El Gobierno del presidente Donald Trump se encuentra evaluando un cambio estructural que podría transformar el sistema sanitario de los Estados Unidos: dejar de recomendar de manera directa la mayoría de las vacunas infantiles.
En su lugar, la Casa Blanca busca fomentar un modelo donde los padres tomen decisiones individuales «caso por caso» bajo la asesoría de un médico.
Según un reporte de The Washington Post, esta medida representaría una ruptura histórica con la tradición de las agencias de salud federales, que durante décadas han emitido calendarios de inmunización claros para prevenir brotes de enfermedades contagiosas.
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Papel de Robert Kennedy Jr.
Aunque todavía no se ha formalizado una postura oficial ni se ha detallado qué vacunas específicas saldrían del esquema de recomendación general, el plan cuenta con el respaldo directo del mandatario y del secretario de Salud, Robert Kennedy Jr..
Ambos funcionarios han expresado reiteradas críticas hacia el actual calendario infantil de vacunación, el cual protege hoy contra 18 enfermedades infecciosas, incluyendo la polio, el sarampión y la COVID-19.
La propuesta se basa en el concepto de «toma de decisiones clínicas compartidas», un enfoque que traslada la responsabilidad de la recomendación estatal al ámbito privado de la consulta médica.
Expertos advierten sobre riesgos epidemiológicos
La posibilidad de este cambio ha encendido las alarmas en la comunidad científica. Expertos en salud pública advierten que la eliminación de guías federales estandarizadas podría traer graves consecuencias:
- Confusión masiva: Padres y médicos podrían carecer de un marco de referencia unificado.
- Aumento de brotes: Una caída en las tasas de inmunización podría resurgir enfermedades prevenibles ya controladas.
- Vulnerabilidad infantil: Menor acceso a información directa sobre los beneficios de la vacunación a gran escala.
Impacto en el sistema sanitario
Actualmente, las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) son la base para los requisitos escolares y la cobertura de seguros en todo el país.
Un cambio en estas directrices no solo afectaría la percepción pública sobre las vacunas, sino que podría alterar la logística de distribución y el financiamiento de programas de salud estatales.
Con información de Noticias Venevisión