Habitantes padecen la falta de servicios públicos
Con 10 años de fundado, el sector Barrio Chino, de la parroquia Boquerón de Maturín, pide a gritos atención gubernamental para 18 familias residenciadas, cuya población en su gran mayoría son niños
Milagros Martínez, detalló que el sector no cuenta con servicios públicos, «desde que se fundó no contamos con abastecimiento de agua potable ni red de aguas servidas; tampoco contamos con sistema de drenaje de aguas fluviales ni asfaltado en las calles».
A ello se le suma la falta de una red de distribución de energía eléctrica residencial y de alumbrado público, así como de la recolección de residuos sólidos, gas, seguridad pública, asistencia médica, transporte y abastos.
Una vida de trajín
Los habitantes se trasladan a las afueras del sector en busca del suministro de agua, «el vital líquido lo recibimos por una tubería en el primer ranchito que está en la entrada del sector; cuando no tenemos agua debemos caminar para llenar los botellones y tobos que cargamos en una carretilla, siendo esto más difícil para todos», refirió Anais Hernández.
Del mismo modo, la luz eléctrica la sustraen de un poste cercano que se encuentra en la calle principal de dicha comunidad. Para la iluminación nocturna, los lugareños tienen que poner bombillos en sus hogares.
Aseguran que para trasladarse tienen que caminar por un estrecho lugar hasta donde pasan los vehículos, ya que las calles no son transitables por ser muy angostas, «no podemos entrar con carro debido a la vialidad, las cuales no están acordes para el paso de vehículos».
Ranchos de palo y barro
Hernández explicó que todas las viviendas están hechas de palos, láminas de zinc y con barro, en su mayoría han hecho pozos sépticos para así suplir sus necesidades fisiológicas.
Los lugareños temen que llueva, debido a que una parte de la zona no está nivelada por lo que cuando caen las lluvias se produce una laguna la cual se desborda y las aguas se meten en las viviendas cercanas causando daños en las pertenencias de los habitantes, «los niños se ven afectados por el brote de los insectos, como lo son plagas y moscas», precisó Hernández.
«Hay muchas familias en condiciones de pobreza extrema», afirma Carolina Alemán, residente del lugar.
Teniendo en cuenta que es lugar en litigio, los entes competentes no han dado respuestas a las problemáticas, «por ser un lugar en litigio, propiedad del estado, no nos han dado respuestas a las cartas que se han llevado a los organismos competentes, hacemos un llamado a que por lo menos nos fraccionen los terrenos para que inicien con la construcción de viviendas dignas», dijo Alemán.
El lugar cuenta con un consejo comunal y organización CLAP. Indicaron que desde el pasado mes de febrero no reciben el beneficio, por otro lado, la distribución del gas doméstico también es intermitente.
