El crimen cometido en la noche de este lunes 12 de junio en la avenida Rómulo Gallegos, a la altura de La Floresta de Maturín, desencadenó una situación que desde hace mucho tiempo los usuarios del transporte público venían denunciando: inseguridad a la orden del día.
Y es que todos los días los ciudadanos abordan los autobuses, busetas y carritos por puesto, con el “Cristo en la boca”, implorando no ser víctimas de la delincuencia galopante y que tiene como modus operandi, atracar en estos medios de transporte.
Luego del lamentable suceso, dentro una unidad de la Ruta 41 Centro – El Nazareno, los residentes de esta comunidad, ubicada en la parroquia Las Cocuizas, están aterrados al pensar que algún día pudieran vivir en carne propia este traumático momento.
«Deben colocar puntos de control hacia todas las zonas de alta peligrosidad en la ciudad. No estamos seguros en ningún lado», «el Gobierno debe accionar rápido antes de que esta situación se repita. Los policías no solo deben estar en una parada, deben revisar a todo el mundo de manera constante», son algunos de los comentarios de varias personas consultadas en el casco central de la ciudad, quienes prefirieron no ser identificadas por temor.
Vale destacar que el pasado sábado, los organismos de seguridad, según una nota de prensa emitida por Gobernación, realizaron un despliegue especial en al menos cuatro parroquias del municipio capital, entre ellas, Las Cocuizas, mismo sitio del homicidio.
Rutas más peligrosas
De acuerdo a la opinión de los ciudadanos, entre las rutas más peligrosas se encuentran la 26, hacía la Zona Industrial; 18 y 40 hacia Sabana Grande, La Floresta; y la 6, hacia el sur de la ciudad.
Las personas recalcaron que todas las rutas, en los últimos meses se han vuelto peligrosas, hasta en el mismo centro, con personas que se suben a amedrentar a los pasajeros; así como llevarlos a zonas determinadas para quitarles todo lo que lleven consigo sus víctimas.
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