En la ciudad de Quevedo, también en la costa ecuatoriana, otros cinco jóvenes de entre 20 y 28 años fueron hallados decapitados y desmembrados en sacos de yute
Los mercenarios llegaron sin mirar a nadie en una nueva masacre que ejecutaron en las calles Gómez Rendón y la 14, en un barrio densamente habitado al sur de Guayaquil. Eran las 20.40 de este sábado, cuando un grupo de personas donde habían hombres, mujeres y niños estaban en la vereda, justo afuera de un taller de mecánica. Había terminado el partido de fútbol que los había reunido en el lugar cuando fueron sorprendidos por sicarios, armados con fusiles que dispararon sin discriminar.
Asesinaron a 10 hombres que quedaron tendidos en la acera, y otras tres personas resultaron heridas, entre esas una niña de cinco años, que se encuentra hospitalizada, según informó la Policía de Ecuador.
En la escena se recogieron cerca de 80 indicios balísticos, que permiten dimensionar la cantidad de veces que dispararon los atacantes. Este hecho violento ocurre cuando la ciudad se encuentra bajo un estado de excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso, en un intento de controlar la inseguridad que golpea al país sudamericano desde hace dos años y que se concentra sobre todo en Guayaquil, que registra 770 homicidios de lo que va el 2023.
En esta ciudad costera de Ecuador, las autoridades han identificado a una decena de bandas criminales que operan como brazo ejecutor para la distribución y exportación de cocaína por los puertos de la ciudad, vinculados directamente con los cárteles mexicanos Jalisco Nueva Generación y Sinaloa.
«Este grupo se dedicaría al tráfico de drogas, amenazas y robo de carros», dijo el comandante Villarroel sobre los sicarios de la masacre, sin dar más detalles de quiénes serían, ni de cuántos sujetos protagonizaron el ataque.
El fin de semana ha sido particularmente violento para el país, horas antes de la masacre, otras cuatro personas fueron asesinadas. Mientras que en la ciudad de Atacames, en la provincia de Esmeraldas, al norte del país, cinco personas fueron asesinadas, entre ellas una adolescente de 13 años.
En la ciudad Quevedo, también en la costa ecuatoriana, otros cinco jóvenes de entre 20 y 28 años fueron hallados decapitados y desmembrados en sacos de yute. Los casos están en investigación sin que existan resultados de los responsables de los hechos que mantienen atemorizada a la población que ha expresado su hartazgo en manifestaciones públicas en las calles de varias ciudades del país, donde han salido a protestar contra la inseguridad y exigen al Gobierno una estrategia que dé resultados.
Con información de. El País.
