El papa Francisco recomendó este viernes a los sacerdotes «no preguntar demasiado» a los fieles durante la confesión porque, dijo, «Dios perdona todo», en la homilía que pronunció en su visita a la parroquia de San Pío V, a las afueras de Roma.
«Queridos hermanos sacerdotes, perdonamos, perdonemos siempre, y nos reencontraremos a nosotros mismos, concedamos siempre el perdón a quienes lo pidan (…) Pongamos de nuevo el perdón de Dios en el centro de la Iglesia», animó el pontífice argentino.
Y añadió, mirando a los curas que asistieron a la liturgia: «Y vosotros queridos hermanos sacerdotes no preguntéis demasiado, dejad que hablen y perdonad todo, no andéis ahí… (indagando), no».
El Papa salió hoy de los muros vaticanos para acudir a este barrio de la periferia romana y presidir una «liturgia penitencial» en el marco de la iniciativa «24 horas por el señor», que se celebra cada año en todas las diócesis antes del tercer domingo de Cuaresma.
Francisco llegó a las puertas de la parroquia en la silla de ruedas que desde hace tiempo utiliza por sus conocidos problemas de movilidad y saludó a los numerosos fieles que le esperaban en la calle, entre estos muchos niños.
Dentro del templo, el pontífice argentino, que en los últimos días ha padecido un resfriado que a menudo le impedía leer sus discursos, pronunció una homilía centrada en el perdón, asegurando a los fieles que le escuchaban que «Dios no se cansa nunca de perdonar».
«Él lo quiere, porque nos quiere renovados, libres, ligeros en el interior, felices y en movimiento, no aparcados en las calles de la vida. Él sabe lo fácil que es para nosotros tropezar, caer y acabar por el suelo, y quiere ayudarnos a levantar», aseguró.
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