El primer ministro de Haití, Ariel Henry, anunció que dejará el cargo una vez que se haya establecido un consejo de transición que gobierne el país golpeado por la violencia.
Henry estuvo al frente del país caribeño desde el asesinato de Jovenel Moïse, su último presidente, en 2021 y su renuncia se produce en medio de una creciente preocupación internacional por la situación de esa nación.
«El gobierno que dirijo dimitirá inmediatamente después de la instalación de un consejo (de transición)», dijo Henry en una alocución por video. «Quiero agradecer al pueblo haitiano la oportunidad que se me ha concedido.»
«Pido a todos los haitianos que mantengan la calma y hagan todo lo posible para que la paz y la estabilidad vuelvan lo antes posible», añadió.
Los líderes de la Comunidad del Caribe (CARICOM), reunidos en Jamaica para discutir la crisis en Haití, emitieron un comunicado precisando que el consejo de transición estará compuesto por siete miembros, seis de ellos representando a varias coaliciones políticas haitianas y el séptimo un representante del sector privado, además de dos miembros sin derecho a voto de la sociedad civil.
El consejo de transición elegirá al nuevo primer ministro e iniciará el proceso para celebrar las próximas elecciones presidenciales.
«Los haitianos merecen un país donde los niños puedan ir a la escuela y sus padres sepan que estarán seguros», dijo el comunicado. «Elogiamos la voluntad y el coraje de las partes interesadas haitianas para comprometerse a poner a Haití de nuevo en el camino hacia la democracia, la estabilidad y la prosperidad».
La renuncia de Henry se produjo una semana después de que su avión se viera obligado a aterrizar en Puerto Rico cuando se le negó la entrada a República Dominicana, que comparte la isla La Española con Haití.
Henry había partido de Haití la semana anterior hacia Guyana y Kenia, para obtener apoyo para el despliegue de una fuerza multinacional de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en su país, que ha estado afectado por una violencia brutal y descontrolada de pandillas en la capital, Puerto Príncipe, y más ciudades.
Las pandillas aprovecharon la ausencia de Henry para atacar la Penitenciaría Nacional y otra prisión en Puerto Príncipe, matando a varias personas y permitiendo que miles de reclusos escaparan. Las pandillas también llevaron a cabo ataques para intentar tomar control del principal aeropuerto de Haití.
Jimmy «Barbecue» Cherizier, el líder de una alianza de pandillas que organizó los ataques, dijo que no permitirían que Henry regresara a Haití y lo instó a renunciar.
El gobierno declaró estado de emergencia y toque de queda nocturno.
Durante la CARICOM, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció que Washington contribuiría con 100 millones de dólares adicionales para apoyar a la fuerza de seguridad respaldada por la ONU en Haití, junto con otros 33 millones de dólares en ayuda humanitaria.
Estaba previsto que Henry, neurocirujano de profesión, dimitiera en febrero, pero retrasó las elecciones debido al empeoramiento de la situación de seguridad y al estancamiento político de las fuerzas de la oposición.
Un funcionario estadounidense no identificado dijo a los periodistas que a Henry se le permitirá permanecer en Puerto Rico.
Cortesía Voz de América.