Aunque los disturbios fueron aislados, las autoridades desplegaron un gran contingente policial para garantizar la votación en los centros designados. Se han reportado detenciones de al menos ocho personas por causar daños a los colegios electorales en Moscú, Voronezh, Rostov y Karachayevo-Cherkesia, al verter líquidos en las urnas.
En Siberia, en la ciudad de Janty-Mansisk, un individuo prendió fuego a una urna, mientras que en la región de Cheliabinsk se registró un incidente con un petardo en un colegio. Las autoridades planean iniciar procesos penales contra los responsables y han advertido sobre posibles penas de hasta cinco años de prisión si el derramamiento de líquidos invalida las papeletas.
A nivel internacional, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, felicitó irónicamente a Putin por su «abrumadora victoria» antes de que se anunciara el resultado. Putin, quien ha estado en el poder durante gran parte del siglo XXI, es el líder ruso que ha ocupado el cargo por más tiempo desde Joseph Stalin. La lista de candidatos presidenciales se redujo a cuatro después de que Boris Nadezhdin, el único crítico con la guerra en Ucrania, fuera excluido de la contienda electoral.
Putin ha acusado a las fuerzas ucranianas de atacar territorio ruso cerca de la frontera para desestabilizar la situación interna y obstaculizar el proceso electoral, afirmando que el objetivo es «perturbar el proceso de votación e intimidar a la gente en las regiones fronterizas con Ucrania».
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