El té es una de las bebidas estimulantes más populares en España, y son miles las personas que lo beben diariamente en nuestro país. Por ello, cabe preguntarse cuales pueden ser las implicaciones de este hábito en nuestra salud, tanto en el corto como en el largo plazo.
El té reduce el riesgo de ciertas enfermedades
Como recuerda la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard en su portal de noticias sobre salud, el té es concretamente una infusión elaborada a partir de la planta Camellia sinensis, y contiene componentes bioactivos como cafeína o polifenoles (flavonoles, como la miricetina, la quercetina o el kaempferol; teaflavinas en el caso del té negro y catequinas en el verde). Son estas sustancias las que explican sus efectos sobre la salud de las personas
En este sentido, por lo general la evidencia es poco concluyente, pero prometedora. Por ejemplo, estudios sobre animales sugieren beneficios potenciales para la salud, derivados principalmente de su alto contenido en polifenoles (sustancias antioxidantes).
Igualmente, estudios observacionales sobre poblaciones humanas sugieren un riesgo reducido de de muerte prematura, enfermedad cardiovascular, ictus o diabetes de tipo 2, como recoge una revisión en paraguas de meta-análisis sobre el tema publicada en Molecular Nutrition & Food Research.
Una bebida rica en polifenoles
Para entender de qué modo el té podría tener efectos protectores para nuestro cuerpo, debemos tener en cuenta que los polifenoles o flavonoides actúan como antioxidantes y, de este modo, podrían evitar los efectos dañinos de los radicales libres (un tipo de molécula que, a su vez, dañan el ADN).
Todos los tipos de té contienen una cantidad similar de estos compuestos, aunque lo hacen en concentraciones diferentes; la evidencia de la que disponemos parece sugerir que todos los flavonoides tendrían efectos positivos para nuestra salud.
Otra cuestión a tener en cuenta es que el añadido de determinados productos al té (miel, azúcar, zumo de limón, leche…) puede alterar sus efectos para nuestra salud, lo que tradicionalmente ha dificultado la investigación sobre las posibles propiedades beneficiosas del té.
Posibles riesgos y complicaciones
Respecto a posibles efectos negativos o contraindicaciones, además del añadido de otros productos hay tres áreas a vigilar: la acción diurética del té, su contenido en cafeína y la temperatura a la que consumimos la infusión.
Por una parte, el té afecta al modo en el que se desempeña la función excretora, lo que puede tener consecuencias para los riñones. En este sentido, hay estudios que indican que el consumo muy excesivo de ciertas clases del té, sobre todo si lleva endulzantes podrían aumentar el riesgo de problemas renales en personas que ya previamente padecen ciertas condiciones, como obesidad o daño renal. Otros trabajos sugieren lo contrario, que podría incluso resultar beneficioso; por ello, la recomendación más prudente es que las personas con daño renal o con obesidad consuman té con cierta moderación.
Por otra, el consumo excesivo de cafeína puede provocar problemas de manera puntual, como nerviosismo o problemas para dormir. Si es nuestro caso, deberíamos reducir la ingesta de bebidas y alimentos con cafeína especialmente en las horas anteriores a irnos a dormir.
Finalmente, existen algunas pruebas de que el consumo de bebidas a muy altas temperaturas (más de 130º) puede aumentar el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer (como el de estómago y esófago), así que se recomienda dejar que el té enfríe un poco antes de beberlo.
Cortesía 2001.