Temperaturas de hasta -15 grados centígrados de la Antártida y el paisaje blanco de esta región protegida únicamente para la investigación científica podrían ser el escenario de una de las mayores disputas transnacionales del mundo, así lo calificó el banco europeo Natwest, después de dimensionar la cantidad de petróleo que reportó un buque exploratorio de Rusia que estaba allí.
El buque de investigación polar, Alexander Karpinsky, descubrió una zona en la Antártida con el potencial de hasta 500.000 millones de barriles de petróleo.
Para entender la cifra, según los datos de la Agencia Internacional de Energía, tan solo en 2022, Venezuela tenía un total de 303.220 millones de barriles en sus reservas, y Arabia Saudita otros 276.190 millones; es decir, en una región del Polo Sur se esconde poco menos de las guardas de crudo de los dos principales productores de la Opep.
Valores que de inmediato alertaron a todo el mercado petrolero global.
¿Por qué un conflicto?
El banco europeo parte de la base que por el momento, la Antártida es una zona petrolifera libre de la exploración de hidrocarburos “no se puede tocar, pero en algún momento esas cifras de un potencial más fuerte de lo que es incluso Irán, serán todo un debate para la exploración y producción de petróleos en el mundo”.
“La explotación de recursos naturales en la Antártida está sujeta al Tratado Antártico, que prohibe explícitamente cualquier actividad de extracción de petróleo en la región con el fin de preservar su ecosistema único y frágil” dijo Román Bauer, director de América Natural.
Presión internacional
El hecho que sea un buque ruso el que haya expuesto el descubrimiento fue una señal de alerta para Reino Unido, precisamente fue el Parlamento de ese país el que llamó a un debate exclusivo para “tener cuidado sobre el futuro de esos recursos en lo más sur del planeta”.
El otro punto del porqué en Europa se habla de un conflicto internacional es porque la zona donde se declaró el descubrimiento está en disputa, precisamente con demandas de Reino Unido, Chile y Argentina, reclamaciones que completan más de 15 años.
Los países se alistan
Funcionarios de Defensa de Chile convocaron la semana pasada a una reunión en el fondo del planeta en un intento por reforzar sus reivindicaciones territoriales en la Antártida a medida que aumentan las tensiones por las maniobras de Rusia en la región polar.
Los legisladores de la comisión parlamentaria de defensa de Chile volaron a una aislada base aérea para una reunión que se le presentó como una afirmación de soberanía nacional.
“Nos vamos a sentar en la Antártida en un acto de soberanía, de salvaguardar y apoyar nuestra integridad nacional ante cualquier amenaza”, expresó la miembro del comité Camila Flores, al considerar que Rusia se hacía pasar por una amenaza.
Los informes sacudieron a Chile y Argentina, países que afirman reclamos de soberanía sobre partes del continente desmilitarizado. Las exploraciones de Rusia tuvieron lugar en el Mar de Weddell, donde las reivindicaciones territoriales de Chile se superponen con las de Reino Unido y Argentina. “Vamos a seguir defendiendo lo que creemos que es justo”, afirmó Francisco Undurraga, jefe del comité de defensa de Chile, condenando las aspiraciones de las naciones que apresuran a afirmar una mayor influencia sobre la Antártida en un mundo cada vez más necesitado de energía.
A principios de este mes surgieron informes sobre proyectos rusos de extracción de recursos, Argentina alzó la voz.
Con información de La República