En España, una mujer fue detenida por el asalto a la bodega Cepa 21, empresa en la que había trabajado.
La mujer entró a las instalaciones y abrió los depósitos de vino de la empresa. Las pérdidas económicas ascendieron, según los bodegueros, a dos millones de euros tras la pérdida de 60.000 litros de producción.
La extrabajadora había sido despedida pocas semanas antes de los hechos y había abandonado la empresa dos días antes del suceso. La Guardia Civil, que siempre había trabajado bajo la tesis de un antiguo empleado molesto con la compañía, considera que tuvo tiempo de planear su intervención y ejecutarla en la noche donde derramó el vino.
Fuentes de la bodega tildaron en su momento de “asalto y no robo” lo sucedido, pues no constaba que la persona intrusa se llevara nada consigo. La sala donde actuó se encontraba “repleta de depósitos”, con todavía muchos más litros que los 60.000 derramados.