Kimberly Cheatle, exdirectora del Servicio Secreto de Estados Unidos, y otros funcionarios querían destruir una bolsa de cocaína descubierta en la Casa Blanca el año pasado, informó RealClearPolitics.
La División de Servicios Forenses del Servicio Secreto y la División Uniformada rechazaron su solicitud, informó el medio, citando tres fuentes de la comunidad del Servicio Secreto.
La bolsa de cocaína fue encontrada en la Casa Blanca por un oficial de las Divisiones Uniformadas de los Servicios Secretos mientras el presidente Joe Biden y su familia se encontraban en Camp David.
A Cheatle le preocupaba la tormenta mediática que se produciría cuando se descubriera la cocaína, especialmente teniendo en cuenta las batallas pasadas con las drogas de Hunter Biden, el hijo del presidente. Hunter Biden ha dicho que ha estado sobrio durante varios años y que no había pruebas que lo vincularan con la cocaína.
La cocaína finalmente fue llevada a un laboratorio del FBI y analizada para un análisis de ADN, que arrojó un resultado parcial, lo que significa que el ADN coincidía con un pariente consanguíneo de un grupo finito de personas, informó RealClearPolitics.
El Servicio Secreto decidió no realizar búsquedas adicionales de coincidencias de ADN ni realizar entrevistas con personas que trabajan en la Casa Blanca, dijo RealClearPolitics. Más tarde, Cheatle llamó al equipo forense y les pidió que destruyeran la bolsa porque los líderes de la agencia querían cerrar el caso. El protocolo es mantener la evidencia durante siete años.
Cheatle renunció recientemente tras el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump en un mitin en Butler, Pensilvania, el 13 de julio.
Vía Agencias.