Una adolescente iraní de 16 años que fue golpeada por la policía por no llevar correctamente puesto el velo entró en muerte cerebral. Armita Geravand fue ingresada a primeros de octubre tras ir en el metro de Teherán con el velo mal puesto.
Varios medios de comunicación iraníes comunicaron entonces que «se había desmayado», aunque luego desvelaron que un empujón de la policía le había causado una rotura de cráneo.
Armita salió herida de este presunto encuentro con las autoridades iraníes por violar la ley del hijab. Después de 21 días, los médicos confirmaron su «muerte cerebral» tras el coma.
El precedente de Masha Amini
Hace unos 13 meses antes, ya hubo un caso idéntico. Masha Amini murió hace un año, también por un supuesto desmayo y causó la ola de protestas más sonadas en el país.
La joven de 22 años fue detenida por las autoridades iraníes por llevar mal el velo durante un viaje con su familia en Teherán. Y falleció repentinamente bajo custodia policial. Según el gobierno, un desmayo la dejó en coma; argumento que desmintieron varios médicos del país.
La oposición al régimen de los ayatollahs calificó de «asesinato» el suceso, que acabó desencadenando durante los días posteriores manifestaciones en todo el país, organizadas por el movimiento feminista iraní.
Bajo el lema «Mujer, vida y libertad», cientos de mujeres quemaron sus hiyab y se cortaron el pelo durante las manifestaciones. Por ello llegaron a recibir el premio Sájarov concedido por la Unión Europea a la Libertad de Conciencia.
Con información de Notitarde.