
En Nicaragua, un crimen conmocionó a la sociedad, debido a que una adolescente de tan sólo 15 años tomó la escalofriante decisión de asesinar a su madre a puñaladas y mientras dormía solo porque ella se negaba a que se fuera a vivir con su novio.
Rosalinda Vásquez Mora mató su madre, Carmen Mora Barbosa, de 50 años, mientras dormía. La apuñaló tres veces en el cuello, la remató en el suelo y luego lavó el cuchillo como si pudiera borrar lo que había hecho, según reveló la acusación de la Fiscalía al medio ya citado. Rosalinda, esperó que su madre cayera dormida para asesinarla en la casa que compartían en el barrio Loma Verde, Tipitapa.
Horas antes, madre e hija había discutido. La maestra se oponía con firmeza a que su hija se fuera a vivir con su novio. Fue un conflicto más, pero esta vez terminó en tragedia. “Ya me tenés cansada, ya soy grande, dejame hacer mi vida”, le gritó la joven. Cuando su madre se negó a darle permiso para salir al gimnasio, algo se quebró.

“Hasta que yo deje de existir, dejaré de cuidarte”, le dijo Maricela antes de acostarse. Fueron sus últimas palabras. Cuarenta minutos después, la adolescente tomó un cuchillo de la cocina y se lo clavó. Maricela despertó por el dolor, alcanzó a sujetarla del pelo, pero su hija la mordió en el brazo para soltarse. En el suelo, desangrándose, la madre ya no pudo defenderse. La adolescente la remató sin piedad.
Después se cambió de ropa, lavó el arma homicida y la metió en su bolso. Se fue a casa de su suegra, y cerca de las 4 de la tarde pidió usar la letrina: allí tiró el cuchillo. Dos horas más tarde pasó buscando a una prima en la iglesia y le dijo que había encontrado a su madre muerta. Juntas regresaron a la casa y llamaron a la Policía.
Se mostró sorprendida
La escena era brutal. Maricela yacía en un charco de sangre en la sala. Al principio, vecinos pensaron que un ladrón había entrado a matar, pero la Policía descartó el robo: no había señales de entrada forzada.
Rosalinda intentó mentir. Dijo que había ido al gimnasio y que al regresar encontró a su madre así. Incluso sugirió que “quizás se tropezó con un abanico”. Pero en el patio hallaron un saco con ropa ensangrentada. Había mentido.
Los peritos determinaron que entre las 3:30 y las 4:00 de la tarde, madre e hija discutieron con fuerza. Rosalinda exigió marcharse con su novio; Maricela se negó. La discusión se volvió violenta. Maricela alcanzó a enviar un mensaje en un grupo de WhatsApp, como un intento desesperado de pedir ayuda. No está claro si alguien logró responder.
La Policía la confrontó el sábado 24 de mayo. Ante las evidencias, Rosalinda confesó. Dijo que lo había hecho. Las autoridades la detuvieron por parricidio y la remitieron al Ministerio Público, que ahora la procesará en los tribunales. La Fiscalía la acusó por el delito de parricidio.
Vía Cactus24