Un evento festivo de Hanukkah en la icónica Bondi Beach de Sídney, Australia, se transformó este domingo en una trágica escena de terror tras un tiroteo masivo en el paseo marítimo. Las autoridades han confirmado un saldo preliminar de 10 personas muertas y once heridos, incluyendo varios niños.
Balance oficial de víctimas
Según los últimos reportes oficiales, el ataque fue perpetrado por al menos dos individuos armados que abrieron fuego indiscriminadamente contra la multitud. El balance actual de la tragedia es el siguiente:
- Fallecidos: 10 personas (incluyendo civiles y niños).
- Heridos: 11 personas.
- Agresores: Un terrorista abatido y otro en estado crítico.
Leer también: Papa León XIV llamó a los diplomáticos a ser “hombres y mujeres de diálogo”
Fuentes policiales y medios locales en Nueva Gales del Sur (NSW) continúan actualizando los datos en tiempo real, aunque la cifra de múltiples víctimas civiles ha sido confirmada por líderes políticos regionales.
Respuesta inmediata de la policía
La Policía de Nueva Gales del Sur (NSW Police) respondió de inmediato a los primeros llamados de emergencia. La situación fue clasificada como un “incidente activo”, y se estableció un cordón perimetral de seguridad con el apoyo de las fuerzas armadas.
Se urge a la población a evitar Bondi Beach y a buscar refugio seguro en locales o viviendas cercanas hasta que se levante la alerta. Múltiples unidades de emergencia, incluyendo ambulancias, se han desplazado al lugar para atender a los heridos.
Testimonios
Testigos oculares describen momentos de caos total. Se escucharon decenas de disparos resonando cerca de Campbell Parade, un sector muy concurrido por asistentes a mercados y eventos populares.
Se reporta que los agresores dispararon desde una estructura elevada —presuntamente un puente o pasarela— lo que les dio ventaja para apuntar a la multitud.
Grabaciones compartidas en redes sociales muestran a dos individuos portando fusiles de asalto, obligando a los presentes a tirarse al suelo o a correr en busca de protección en restaurantes y tiendas.
Tras la detención de dos de los tiradores, testigos de la masacre expresaron su ira, con al menos un ciudadano pateando a uno de los sospechosos mientras era retenido por la policía.
Con información de Es Diario
