Alrededor de 60 personas murieron ahogadas y decenas están desaparecidas tras el derrumbe de la presa de Jor Arbaat, ubicada en el este de Sudán y cuyo lago tiene una capacidad de 25 millones de metros cúbicos de agua, informó la organización humanitaria Media Luna Roja sudanesa.
La presa fue construida en el año 2003 y en la que «no se han realizado trabajos de mantenimiento en los últimos tres años”, indicó el vicepresidente de la organización humanitaria en Sudán, Mohamed Adrub.
Dicha presa se encuentra a unos 20 kilómetros de la estratégica localidad de Port Sudán, la sede temporal del gobierno de Sudán controlado por la cúpula militar desde el inicio de la guerra contra el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) el 15 de abril de 2023.
Destrucción de varias aldeas y situación catastrófica
Según Adrub, el colapso de la instalación ha provocado la destrucción de varias aldeas, lo que supone un gran reto para las autoridades, que no pueden acceder a las zonas afectadas e iniciar las tareas de rescate.
Por su parte, el consejero del gobernador del estado oriental de Mar Rojo, Nayi Ezzeldin, señaló en sus declaraciones a la cadena estatal Sudan TV que la situación en las inmediaciones de la presa es «catastrófica«, ya que al menos cinco pueblos de cinco mil habitantes cada uno han sido completamente arrasados por el agua.
Indicó que se requieren helicópteros para evacuar a los afectados poco a poco, al tiempo que señaló que «decenas» de personas subieron a los montes cercanos para escapar de las inundaciones, sin embargo corren el riesgo de ser mordidos por serpientes o picados por escorpiones.
Falta de mantenimiento y fuertes lluvias
Además de a la falta de mantenimiento, el colapso de la presa Jor Arbaat, se debe a las fuertes lluvias registradas en el país que según autoridades han causado la muerte de al menos 114 personas.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), las consiguientes inundaciones han dejado alrededor de 317.000 afectados y han provocado el desplazamiento de 118.000 personas, además de la destrucción de casi 27.000 hogares y daños de diversa consideración a otras más de 31.000 viviendas en más de una decena de estados de Sudán.
A esto se suma que se han registrado más de medio millar de casos de cólera, en medio de un número cada vez mayor de gente con ceguera nocturna, malaria e inflamación ocular que amenazan con saturar aún más el dilapidado sistema sanitario de Sudán, donde el 80 % de sus instalaciones médicas se encuentran fuera de servicio por la guerra.
Con información de Notitarde