La comida chatarra es tremendamente popular en nuestra época actual. Los dulces, las golosinas y las frituras dominan las tiendas, son siempre las más vendidas, y esto se debe a una razón evolutiva.
Según el medio BBC News Mundo, en el pasado distante los seres humanos habitaban en comunidades nómadas de cazadores recolectores, de manera que la dieta, al estar basada en carnes o plantas de origen natural, era pobre en grasas, azúcares y sales, lo que condicionó evolutivamente al cerebro humano a desarrollar algo que los expertos llamaron “sistema de recompensa”.
Este sistema no es más que la propensión natural del cuerpo a generar respuestas físicas asociadas con el placer, cuando consumimos alimentos que durante la mayor parte de nuestro proceso evolutivo, fueron fatalmente escasos.
Las papas fritas, el helado, la gelatina, los pasteles, el chocolate y las pizzas son ejemplos infaltables cuando se trata de ejemplificar excesos de la modernidad, en cualquier caso, que el origen de estos culposos gustos tenga un gran componente genético, no quiere decir que debamos someternos a ellos y seguir dañando nuestra alimentación.
Los antojos son algo natural que puede combatirse por medio de alimentos con gran capacidad para generar saciedad, como la avena, rica en fibra y los huevos, rebosantes en proteínas. O a través de alternativas saludables, los postres pueden sustituirse con frutas y las frituras con frutos secos como el maní o las nueces, siempre en cantidades moderadas.