
Cada 3 de mayo, el pueblo venezolano se viste de colores y celebra con cantos y rezos la festividad de la Santa Cruz. Este evento marca el inicio de la cosecha y anuncia la llegada de la temporada de lluvias.
En cada rincón del país, los altares dedicados a la Santa Cruz son cuidadosamente elaborados. Su estructura se crea con caña amarga arqueada, formando un nicho adornado con sábanas y cintas de colores.
Según la Iglesia Católica, esta fecha conmemora el descubrimiento de la Cruz de Cristo por parte de la madre del emperador romano Constantino.
Para los venezolanos, la celebración va más allá de lo histórico y religioso. Es una manifestación de fe profunda, donde comunidades enteras engalanan sus pueblos e iglesias, se arrodillan ante la imagen de la cruz y elevan sus plegarias, agradeciendo lo recibido y pidiendo por lo que vendrá.
Vía Globovisión