Para la década de los 70, 80 y 90, el liceo ‘Francisco Isnardi’ se caracterizaba por presentar a hermosas candidatas en el reinado del Carnaval de Maturín. Norélika Velásquez fue una de ellas y representó a esta institución en 1989, convirtiéndose en la soberana de las fiestas carnestolendas.
En aquel entonces tenía tan solo 15 años de edad y estudiaba 4to año de bachillerato.
“Primero fui electa en mi salón de clases, entonces representé a 4to año y luego gané en el liceo, dándome la oportunidad de ser la candidata del Isnardi en los Carnavales de mi ciudad”, cuenta Norélika, quien asegura que la elección en su plantel fue por votos y los puntos emitidos por sus compañeros ya no entraban en la pizarra.
Después de ser coronada en su institución, la quinceañera se inscribió en el certamen más importante de la capital de Monagas. No recuerda exactamente cuántas aspirantes compitieron, pero sí se acuerda que ella era la candidata número 13, obteniendo cuatro bandas especiales en la presentación ante los medios de comunicación.
“La noche de la presentación ante los medios me gané cuatro bandas: Miss Simpatía, Miss Elegancia, Miss Fotogénica y Miss Prensa, aun así no me sentía ganadora, pero sí estaba más segura por el respaldo en cada etapa”, destaca.
NOCHE DEL CERTAMEN
El reinado del Carnaval de Maturín 1989 se realizó en el estacionamiento de El Guacharín. Esa noche, Norélika usó un traje llamado ‘El Oro Negro’.
“Durante mi participación usé varios trajes de fantasía porque mi tía, la diseñadora Miriam Tábata se lució conmigo. El traje de mi participación en el concurso se llamó ‘El Oro Negro’ y estaba inspirado en el petróleo. Era un traje de color negro con forma de sirena, con una abertura en las piernas, forrado completamente en espejos, tenía alas en ambos lados, además se diseñó un balancín y un pozo petrolero. También tenía un alto tocado de plumas y espejos. Para los desfiles usé un traje hawaiano, un traje de dama antañona y el traje de fantasía de la carroza del liceo era un arlequín. Todos deslumbrantes”, relata.
“BAILÉ MUCHÍSIMO”
Como reina del Carnaval, Norélika bailó hasta más no poder. “Disfruté muchísimo el Carnaval porque desde siempre me ha gustado bailar. Yo en la carroza no me quedaba. Me bajaba de ella y bailaba con la gente en la avenida Bolívar. Asistí a los bailes privados que se realizaban en el Club Ítalo y a los populares templetes de las calles. Fui a todos. El más famoso era el de la calle Bomboná”, destaca la soberana del 89, quien resalta que entre las vivencias que más le gustó fue bailar lambada.
“Bailar lambada en el famoso estadio 23 de Enero que estaba full de gente, con un traje color verde y negro de picos, siendo la reina del Carnaval fue increíble. Me lo disfruté”.
Actualmente Norélika es Licenciada en Estudios Internacionales. Tiene una empresa de decoración y eventos, además es fabricante artesanal de materiales para hora loca y vende accesorios para fiestas.
Puntualizó haciéndole un llamado a la ciudadanía. “Amen el Carnaval como a su vida, es decir, cuídense, disfruten y vívanlo”.
