Ciudadanos chinos han demostrado su descontento, el Gobierno quiere estabilizar la situación sanitaria en las ciudades más importantes
Las autoridades de China dieron señales de un posible relajamiento de la rígida estrategia de tolerancia cero con el coronavirus, tras las protestas nacionales para exigir el fin de los confinamientos y más libertad política.
En un discurso el miércoles ante la Comisión Nacional de la Salud (CNS), la viceprimera ministra Sun Chunlan dijo que la variante ómicron del virus se debilita y la vacunación está en aumento, según la agencia noticiosa oficial china Xinhua.
Ante ello, dijo Sun, hay una «nueva situación» que requiere «nuevas tareas».
Sun, considerada figura clave en la respuesta de Pekín a la pandemia, no citó la política de cero covid, lo que sugiere un posible alivio en la estrategia que ha golpeado a la economía y la vida cotidiana de la población.
El enojo con la política anticovid de China, que incluye estrictos confinamientos, generó protestas en grandes ciudades como Pekín, Shanghái y Cantón.
Pekín pidió mano dura ante las manifestaciones, pero autoridades también han dado señales de un relajamiento en la estrategia antivirus.
Pruebas PCR menos frecuentes
Pekín anunció una relajación en cuanto a los tests PCR.
Las personas de la tercera edad y aquellos que estudien o trabajen a distancia ya no deberán someterse a pruebas diarias, señaló Xu Hejian, portavoz del gobierno municipal.
Los habitantes deberán no obstante presentar una prueba negativa de menos de 48 horas para entrar en los lugares públicos.
En Cantón, un importante centro manufacturero donde la noche del martes se dieron enfrentamientos entre policías y manifestantes, anunció el levantamiento de un confinamiento de semanas pese a registrar cifras récord de contagios.
Aunque las cifras alcanzan récords, los contagios son ínfimos en relación a la población. El jueves se señalaron 35.800 casos, entre una población de 1.400 millones de habitantes y con una inmensa mayoría de casos asintomáticos.
Asimismo, la ciudad central de Chongqing anunció el miércoles que los contactos cercanos de personas con covid-19 podrían guardar cuarentena en casa si cumplen ciertos requisitos, un giro de las reglas que los obligaban a ir a instalaciones de aislamiento.
Los comentarios de Sun y las reglas más blandas en algunas localidades «podrían indicar que China comienza a considerar el fin de la estricta política de cero covid», según analistas.
«Creemos que las autoridades chinas están cambiando a una postura de ‘convivir con el covid’, como lo reflejan las reglas que permiten a la gente aislarse en casa en lugar de ser llevada a centros de cuarentena», dijeron en una nota analistas de ANZ Research.
«Señal de debilidad»
Al acercarse al tercer aniversario de la detección de la pandemia en la ciudad central de Wuhan, la dura política de China contra el virus generó protestas como no se habían visto desde el movimiento prodemocracia de 1989.
Un mortal incendio la semana pasada en Urumqi, capital de la región noroccidental de Xinjiang, catalizó la furia de la población que consideró que las víctimas quedaron atrapadas dentro del edificio en llamas por las restricciones anticovid.
Pero los manifestantes también exigen reformas políticas y algunos llegaron a pedir la renuncia del presidente Xi Jinping.
El estricto control informativo en China y las restricciones de desplazamiento han dificultado verificar el número de manifestantes en las protestas en todo el territorio.
Es raro que China registre manifestaciones a lo largo del país como ocurrió el fin de semana.
El movimiento prodemocracia de 1989 terminó con derramamiento de sangre cuando intervinieron los militares, en especial en la Plaza Tiananmen de Pekín y sus alrededores.
El miércoles falleció el expresidente chino Jiang Zemin, quien asumió el poder justo después de la matanza de Tiananmen.
Al ser consultado sobre las protestas en una entrevista con NBC News, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que en cada país la población debe poder «expresar sus frustraciones» mediante protestas pacíficas.
Cuando un «gobierno toma grandes acciones represivas para impedirlo, eso no es señal de fortaleza, es señal de debilidad», afirmó Blinken.
«Estados Unidos debería responder seriamente a las necesidades de su propia población y ocuparse bien de sus propios asuntos», replicó el jueves Zhao Lijian, portavoz de la cancillería china.
Con información de El Universal