Aquellas cosas que nos impiden cuidar de nosotros mismos también afectan nuestro matrimonio, porque un cónyuge que no practica el autocuidado llega al matrimonio mermado, en lugar de llegar listo para dar. Un matrimonio prospera cuando cada cónyuge busca cuidar de sí mismo.
Jesús, el Buen Pastor, desea que usted tenga una vida gratificante: “…Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10 NVI, énfasis añadido). Tener una vida abundante no es un beneficio adicional; es parte esencial de la vida cristiana.
Si nosotros, como cristianos, somos descuidados con nosotros mismos, eso sería similar a conducir un automóvil sin hacerle nunca reparaciones. Los vehículos necesitan mantenimiento regular. De la misma forma, Dios nos diseñó con necesidades emocionales, físicas, mentales y espirituales.
Obstáculos para el autocuidado
Muchos de nosotros no sabemos cómo cuidar de nosotros mismos. Por el contrario, nos aferramos a comportamientos y patrones de conducta que nos desgastan.
He aconsejado matrimonios por décadas y he podido ver que muchas mujeres (especialmente esposas y madres) se resisten a cuidar de sí mismas porque creen que las necesidades de las personas que aman o que están a su cuidado son más importantes que las suyas. Y lo que es peor es que algunas mujeres se sienten culpables y egoístas cuando toman tiempo y recursos familiares para cuidar de sí mismas.
También he notado que los hombres normalmente pueden disponer de tiempo para sí mismos, pero frecuentemente son negligentes con todo lo demás que no sea cuidado personal básico. Muy pocas veces prestan atención a sus necesidades espirituales y emocionales. En su lista de prioridades no se encuentra un plan para nutrir, revitalizar y avivar su alma y su espíritu.
Aquellas cosas que nos impiden cuidar de nosotros mismos también afectan nuestro matrimonio, porque un cónyuge que no practica el autocuidado llega al matrimonio mermado, en lugar de llegar listo para dar. Un matrimonio puede prosperar únicamente cuando cada cónyuge está procurando su propio bienestar. A continuación, encontrará algunas ideas para ayudarle a comenzar a cuidar de sí mismo de forma que pueda dar lo mejor de usted en su matrimonio.
Autocuidado Espiritual
Cuidar de nuestra área espiritual es, en simples palabras, permitir la inspiración divina en su vida. Leer su Biblia, orar (tener comunión con Dios), adorar, leer libros cristianos y tener conversaciones sobre su fe con otros creyentes son todas formas de cuidar nuestra vida espiritual. Para tener una vida íntima y apasionada con nuestro Creador, y con nuestro cónyuge, necesitamos encontrar comunidades y desarrollar prácticas que nos inspiren espiritualmente. Esto es fundamental para vivir una vida abundante.
Si no está recibiendo el “aliento de vida” que lo llena a través de las comunidades y las disciplinas espirituales, corre el riesgo de quedar agotado y agotar a su cónyuge.
Autocuidado Emocional
Muchas parejas viven con dolor emocional y matrimonios poco gratificantes porque no saben cómo atender sus propios sentimientos. Cuidar de sí mismo en el área emocional implica prestar atención a sus sentimientos y lo que estos le están diciendo sobre usted. Los sentimientos tienen un rol esencial en una relación de matrimonio. Sus sentimientos no son incompatibles con el diseño de Dios, son parte del diseño dado por Dios.
Una excelente manera de mejorar en el autocuidado de nuestras emociones es cambiar la forma en que hablamos. Considero que alrededor de un 80 por ciento de lo que el esposo o esposa promedio dice de sí mismo es negativo.
Yo recomiendo que se conecte con sentimientos que usted tenía de niño y los reevalúe. Tome tiempo para esto. A modo de ejercicio, hable con usted mismo como si fuera un niño vulnerable. Conviértase en su propio padre o madre, por decirlo de alguna manera. Dígale a su “yo adulto” lo que ese “yo niño” necesitaba escuchar cuando crecía. No es demasiado tarde para cambiar los pensamientos en su cabeza. Por ejemplo, recuerde algún momento en que se sintió asustado como niño, tal vez fue separado de su madre durante un paseo. Reafirme a su “yo niño” que alguien vendrá pronto por usted, no lo han dejado abandonado para siempre. Ese es el tono de reafirmación que necesita aprender para hablar con ese “yo adulto” que todavía podría estar sintiendo miedo a estar solo.
Si atendemos nuestras propias emociones en vez de depender de nuestro esposo o esposa para recibir ese apoyo, podríamos tener más capacidad para atender los asuntos emocionales de nuestro matrimonio.
Autocuidado Físico
Hace un par de años, mi doctor notó que mis niveles de colesterol estaban llegando a un punto poco saludable. Comencé a hacer más ejercicio y cambié mis hábitos alimenticios. En la siguiente cita, mi doctor estaba asombrado. Los resultados de laboratorio indicaban que mis niveles de colesterol eran saludables. El doctor me dijo que normalmente nadie hacía eso. La mayoría de los pacientes preferían tomar una píldora antes que cambiar sus estilos de vida.
Cuidar del área física causa una mejoría en otras áreas de la vida; solemos tener más control de nuestras emociones. Nuestra autoimagen mejora, y es más fácil tener una mejor concentración mental.
Motívense el uno al otro a ejercitarse y comer bien. Dé la oportunidad a su esposo o esposa de inscribirse a un gimnasio, comprarse unos zapatos para correr o inscribirse en algún equipo deportivo. Resístase a la idea de ser perezoso. Le puedo garantizar que su doctor no será el único sorprendido con los cambios que usted puede lograr cuando decide cuidar de su área física. Su cónyuge también apreciará los esfuerzos que usted haga para cuidar de sí mismo.
Autocuidado Mental
El autocuidado mental es el cuidado de su mente. Implica involucrarse en ciertas actividades y actitudes como ser curioso, aprender cosas nuevas y trabajar en proyectos que desarrollen la creatividad.
Para un niño, todo a su alrededor es interesante y nuevo. Si a menudo usted se siente aburrido, es posible que haya abandonado la curiosidad con la que nació. Cuando sucumbimos a la idea de que todo es siempre igual y nada cambia, entonces apagamos nuestra curiosidad innata y nuestro matrimonio parecerá aburrido también.
No necesita inscribirse en un curso o tomar un examen para sentirse mentalmente activo. Pero si su cerebro no está activo, se deteriorará de la misma forma que lo hace un cuerpo que no se ejercita. Mantener el cerebro ocupado puede ayudar a construir mejores relaciones matrimoniales, ya que es más probable que siga sintiendo curiosidad por su cónyuge si siente curiosidad por la vida en general.
Si logra entender que no cuidar de sí mismo puede llegar a drenarlo no solo a usted sino también a su cónyuge, es muy probable que decida abrazar este sistema de cuatro pasos para el cuidado personal. Esto es esencial para vivir una vida abundante y tener un matrimonio de acuerdo con el diseño de Dios.
Con información de Enfoque a la Familia
