Luego de nueve días de catequesis, procesión y misas, la feligresía de la iglesia Santo Domingo de Guzmán de Las Cocuizas culmina la novena.
Esta semana se enmarcó en la profundidad de la oración, iniciando el pasado 3 de septiembre hasta este 11, para venerar a la virgen María bajo la advocación de Coromoto.
Durante su homilía, el padre Manuel Gerónimo Sifontes recalcó que desde que la Virgen dejó su huella en Venezuela, en un material hasta ahora desconocido, da por sentado que se trata de una manifestación divina.
«Es un reto y un privilegio gigantesco que tengamos este talento y no hemos hecho nada, según lo que Dios está esperando desde siempre. Todavía nos falta mucho en crecer en el amor a la virgen, hace días celebramos a la virgen Del Valle y eso nos unifica como orientales, pero la Virgen de Coromoto unifica a todos los venezolanos como se manifestó entre la etnia indígena y los criollos», precisó el párroco.
Vía/Nota de Prensa