El exceso de grasa en el cutis es una preocupación común que se debe a la sobreproducción de sebo por parte de las glándulas sebáceas. Este fenómeno, que puede ser influenciado por factores genéticos y hormonales, también tiene importantes detonantes externos.
Expertos en dermatología y cuidado de la piel señalan que el estrés, la contaminación, el tabaco, el alcohol y la dieta influyen directamente en el equilibrio de la piel, agravando la condición grasa.
Rutina esencial
Controlar los niveles de sebo y prevenir la obstrucción de los poros requiere una rutina de cuidado específica. Expertos de empresas cosméticas como Nivea y L’Oréal Paris coinciden en los siguientes pasos:
- Limpieza constante: La limpieza regular del rostro es crucial. Opte por fórmulas suaves y libres de alcohol para remover maquillaje y suciedad sin irritar.
- Hidratación específica: Use hidratantes desarrollados para pieles grasas. Estos productos ayudan a controlar los niveles de sebo sin aportar pesadez.
- Exfoliación regular: La exfoliación ayuda a desobstruir los poros y a eliminar las células muertas que contribuyen al brillo.
- Ingredientes clave: Busque productos que contengan ácido salicílico, un ingrediente reconocido por su capacidad para reducir la producción de aceite, combatir el acné y tratar los poros dilatados.
- Mascarillas: Aplique mascarillas faciales para piel grasa al menos una vez a la semana como tratamiento intensivo.
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Maquillaje en piel grasa
Contrario a la creencia popular, el maquillaje no está prohibido para quienes tienen el cutis graso. Expertos de L’Oréal Paris enfatizan que el éxito radica en la preparación de la piel antes de aplicar la base o el corrector.
Para mantener el brillo a raya y controlar la producción de grasa durante el día, se sugiere:
- Elegir maquillaje de preferencia libre de aceites (oil-free) o con un acabado mate.
- Preparar la piel con primers o bases matificantes para crear una barrera.
Factor dieta
Una de las formas más efectivas de controlar la producción de grasa en el rostro es a través de la alimentación. Los cambios saludables en la dieta se reflejan rápidamente en la salud de la piel.
Es esencial mantener una dieta balanceada y rica en nutrientes (como vitaminas A, C, E y zinc) que promuevan una piel saludable y ayuden a regular la producción de sebo.
Con información de 2001
