Jessica Gómez fue la reina del Carnaval de Maturín 1995, 26 años después que lo hiciera su mamá, Coromoto Morales, en 1969. Ambas fueron soberanas de estas fiestas carnestolendas ‘de casualidad’, pero, ¿por qué de casualidad? Acá te lo contamos.
Cuando Jessica decidió participar en el reinado tenía 17 años de edad y era estudiante de Administración. En aquel momento vivía en la calle La Casualidad, la cual está ubicada detrás del Banco de Venezuela, y se asoma con la avenida Bolívar y la calle Bomboná. Allí habitaba la familia Morales Luces, y Coromoto, la jefa de hogar, cuando fue electa reina en la década de los 60, también representó a la calle La Casualidad.
REINADO
Unas 10 chicas compitieron por la corona del Carnaval de Maturín en 1995 cuya gala final se realizó en el estacionamiento de El Guacharín.
En la noche de la presentación de las candidatas ante los medios de comunicación, Jessica deslumbró y obtuvo dos premiaciones especiales: Favorita de la Radio y Señorita Fotogénica. Desde ese momento, su nombre comenzó a sonar fuertemente y muchos periodistas y locutores vaticinaban su triunfo.
“Sentí mucho apoyo de todos los medios de comunicación que estuvieron apoyando a todas las candidatas, sin embargo, el apoyo que me brindaban a mí era quizás mayor, entonces me hacían sentir más segura y también como la ganadora”, destaca Jessica.
El día de la elección, Jessica usó un traje de fantasía inspirado en Nefertiti y su traje de gala fue color rojo, de hombros descubiertos con piedras bordadas.
“Mi traje de gala me lo hizo dos famosos diseñadores, quienes al verme como candidata, decidieron confeccionarme ese traje gratis, el cual me hacía sentir como toda una reina”, cuenta la ganadora del 95.
Además de obtener la banda que la acreditaba como la nueva soberana, también resultó ser Miss Elegancia.
EXPERIENCIA COMO REINA
Son muchísimas las anécdotas que vivió Jessica como Reina del Carnaval de Maturín, pero una de las que más recuerda es que ‘bailó hasta más no poder’.
“Yo me disfruté demasiado el Carnaval. Siempre comenzaba el desfile montada en la carroza y a los cinco minutos me bajaba e iba bailando por toda la avenida Bolívar, en tacones. Recuerdo que en un periódico hicieron un reportaje donde decían que yo era toda una reina porque desde que iniciaban los desfiles, lo que hacía era interactuar con el público”, relata Jessica, quien se considera una apasionada de los Carnavales.
“Otra de las anécdotas es que como buena maturinesa me fui a comer empanadas en la avenida Orinoco y la señora que atendía me dice: hija, yo te conozco. Me hizo entrar a su casa y en la sala tenía una foto mía en un portarretrato. Yo salía con su esposo y él muy sonriente, ese mismo año él falleció”, narra.
Actualmente Jessica está residenciada en Canadá y se dedica al mundo de la belleza y la estética. Tiene su propia clínica de maquillaje permanente, cuidado de la piel y láser, @permanentlyyou. A pesar de la distancia le dejó un mensaje a la ciudadanía.
“Los Carnavales de Maturín para mí siempre ha sido un momento donde como buen venezolano hacemos una pausa en nuestro año para divertirnos, bien sea entre familiares y amigos, viviendo momentos de alegría que alimentan nuestras almas. Es momento que los maturineses sigan dando a conocer a nivel nacional e internacional nuestros Carnavales. Siento que debemos continuar cultivando esta bella tradición para que las venideras generaciones sigan disfrutando de esta bella cultura que tenemos la suerte de tener en Maturín”, puntualizó.