Si usted no tiene antecedentes de riesgo y no presenta molestias en sus mamas, es recomendable que se practique la primera mamografía entre los 35 y 40 años, la que suele complementarse con una ecografía mamaria, ya que a esa edad las mamas todavía son densas y las lesiones pequeñas pudieran no ser visualizadas a simple vista. de acuerdo a las normas internacionales, a partir de los 40 años la mamografía debe hacerse en forma anual, y complementarla con una ecografía cuando el especialista lo requiera.
En nuestro centro contamos con mamografía digital directa, sistema en el cual la imagen que se obtiene pasa directamente a una pantalla de computadora en la que es posible su interpretación y manipulación. Actualmente también contamos con mamografía 3D o Tomosíntesis.
En el estudio rutinario de mama se realizan en total cuatro proyecciones: craneocaudales y oblicuas de cada mama. En ocasiones también es necesario realizar proyecciones complementarias, lo cual no implica que tengas una lesión sospechosa. Para las pacientes portadoras de implantes se obtienen proyecciones adicionales que permiten una mejor evaluación del tejido mamario.
La mamografía no es un examen doloroso, sin embargo, algunas pacientes refieren cierto grado de molestias determinado por la compresión. Esto depende, entre otros factores, de la anatomía de la mama y de la sensibilidad de cada paciente. De cualquier forma esta compresión no genera daño a los tejidos.
El nivel de radiación recibido por la mama durante estos exámenes es escaso y por lo tanto su riesgo es muy bajo. Respecto a la tiroides, la dosis de radiación recibida es insignificante y la utilización de protector tiroídeo puede determinar un incorrecto posicionamiento y la necesidad de repetir proyecciones, por lo cual no se recomienda su utilización.
Una vez finalizado el estudio deberá esperar a que el médico radiologo o tecnóloga revise las imágenes para evaluar si es necesario adquirir algo más.
Vía Agencias.