La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, afirmó este viernes que el Gobierno de Guyana, en asociación con la petrolera ExxonMobil, ha servido como instrumento para que Estados Unidos perpetre una «agresión militar» contra la nación bolivariana.
La alta funcionaria emitió su declaración durante la clausura de la conferencia internacional «Colonialismo, neocolonialismo y despojos territoriales del imperialismo occidental», celebrada esta semana en Caracas.
«La coyuntura que estamos atravesando hoy los hermanos países del Caribe, se debe a que Guyana ha abierto la puerta al invasor estadounidense, al agresor militarista en nuestra región», sostuvo Rodríguez, reiterando la postura de Caracas sobre el conflicto.
Rodríguez recordó que, desde 2015, el presidente Nicolás Maduro «hizo muchas llamadas» ante la Secretaría General de las Naciones Unidas para advertir sobre el riesgo que representa ExxonMobil al «financiar al Gobierno de Guyana para propiciar una agresión militar, una agresión guerrerista de EE.UU., no solamente contra Venezuela sino en nuestro mar Caribe».
Para concluir, la vicepresidenta calificó los bombardeos de EE.UU. contra supuestas ‘narcolanchas’ en aguas caribeñas de «ejecuciones extrajudiciales y sumarias». Según los reportes de Washington, estas acciones han resultado en 21 decesos, un hecho que Rodríguez considera un «asesinato» de nacionales de los países de la región.
Contexto de la agresión y despliegue militar
La denuncia se produce en medio de una escalada de tensión regional. En agosto, medios internacionales informaron sobre un despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe, presentado por Washington como una acción para combatir los cárteles de la droga.
Paralelamente, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, duplicó la recompensa por información que condujera al arresto del presidente Maduro bajo la acusación –nunca sustentada– de liderar un «cártel de narcotráfico».
Ante este escenario, bloques regionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) han solicitado el respeto a la declaración de la región como una zona de paz.
Maduro ha sostenido consistentemente que Venezuela es víctima de una «guerra multiforme» orquestada desde EE.UU. con el fin de propiciar un «cambio de régimen» e intereses de dominar los recursos estratégicos presentes en el hemisferio occidental.
Otros líderes regionales, como Luis Arce (Bolivia) y Gustavo Petro (Colombia), consideran que no existe evidencia para las acusaciones estadounidenses contra Maduro.
Con información de Notitarde