La intervención del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas fue marcada por una significativa protesta diplomática, cuando decenas de representantes internacionales abandonaron la sala en señal de rechazo a sus políticas en Gaza.
La sala, casi vacía al momento de su discurso, evidenció el creciente aislamiento de Israel en el foro multilateral.
Durante su alocución, Netanyahu defendió con firmeza la ofensiva militar en la Franja de Gaza, asegurando que su país está determinado a «completar la misión» contra los últimos bastiones de Hamás. Afirmó que los militantes aún activos en la ciudad de Gaza representan una amenaza persistente y prometió erradicarlos cuanto antes.
Dirigiéndose directamente al grupo islamista, el primer ministro israelí advirtió que la única forma de garantizar su supervivencia sería liberar a los rehenes que aún mantienen en su poder. De lo contrario, aseguró que Israel continuará persiguiéndolos sin descanso.
Netanyahu también criticó con dureza a las naciones que recientemente han reconocido formalmente al Estado palestino, entre ellas Francia, Reino Unido, Canadá y Australia. Según él, estas decisiones legitiman a quienes considera responsables de fomentar el odio y el terrorismo contra el pueblo judío.
En otro punto de su intervención, reiteró que su gobierno no aceptará bajo ninguna circunstancia el establecimiento de un Estado palestino. Calificó esa posibilidad como una «locura política» que, a su juicio, pondría en peligro la existencia misma de Israel. Además, aseguró que su postura es compartida ampliamente tanto por el gobierno como por la sociedad israelí.
La posición del líder israelí se mantiene inmutable pese a las presiones internacionales por avanzar hacia una solución negociada. Sus palabras, lejos de buscar consensos, reforzaron su línea dura en un momento de alta tensión en Medio Oriente.
Vía | Versión Final
