Vecinos de la calle Azcúe y sectores como Viento Colao y La Periquera, se han visto obligados a acudir a una toma de agua ubicada en la comunidad de Alberto Ravell de Maturín, en busca de agua limpia, debido a la mala calidad que la reciben en sus hogares a través de las tuberías.
Además, aseguraron que la misma sale completamente contaminada y no es apta para el consumo humano. Jesús Castillo, residente de la calle Azcúe, describe que el agua que sale del grifo tiene un color amarillento y considera que no es adecuada para beber, sino únicamente para la higiene personal.
“El agua que llega a mi casa parece salir con pura tierra; proviene de la planta potabilizadora de Aguas de Monagas y está muy sucia. Vengo tres veces a la semana porque solo consigo agua limpia aquí para beber y cocinar”, enfatizó.
Por su parte, María Veracierta, quien vive en el sector Viento Colao, afirmó que no puede consumir el agua que llega a su hogar debido a su color amarillo intenso. Cuando logra recolectar suficiente agua en botellones grandes, solo puede hacerlo dos veces por semana.
“Tres botellones no me duran mucho, pero trato de llenar más de tres cuando puedo. Solo puedo venir dos veces por semana. Hago un llamado a las autoridades para que nos ayuden y tomen en cuenta lo que ocurre con la planta del Bajo Guarapiche, ya que el agua que llega a nuestros hogares debe ser apta para el consumo”, agregó.
Fotos/Osmel Rodríguez
una tortura lo vivido por todos los habitantes de esa comunidades no hay una respuesta contundente de ESTA revolucion