Desde hace una semana, se registra un desborde de aguas servidas en plena avenida Bolívar, muy cerca del Complejo Educativo Miguel José Sanz, de Maturín. Los estudiantes señalan que resulta incómodo caminar incluso por un pequeño espacio libre, ya que los vehículos que pasan sin precaución los salpican con esas aguas putrefactas.
Asimismo, expresaron que la situación empeora cada vez que llueve, y la fetidez se intensifica tanto que llega hasta la cancha de la institución educativa.



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Por su parte, los peatones también expresaron su inquietud por los posibles efectos negativos en la salud de los niños y niñas que asisten a las instituciones cercanas, debido a la exposición prolongada a estos olores.
Además, los comercios próximos al lugar se ven afectados tanto por los olores desagradables como por la apariencia poco higiénica que genera el desborde, lo cual dificulta atraer y mantener a los clientes.



“Eso emana olores nauseabundos, a veces no se puede estar por aquí. Da asco pasar por la hediondez; uno está aquí por necesidad, para poder vender un poquito”, señaló un vendedor de un kiosco en la zona.
Los habitantes de Maturín hacen un llamado a las autoridades competentes para que atiendan esta problemática de manera urgente y así garantizar un ambiente seguro y saludable para todos los habitantes del sector.
Fotos/Juan Goitía