
El ajo es una planta utilizada desde la antigüedad no solo como condimento, sino también por sus múltiples beneficios para la salud. En la medicina naturista, el ajo es valorado por sus propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas.
Su compuesto activo, la alicina, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, reducir la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea. Además, se le atribuyen efectos desintoxicantes, ya que contribuye a eliminar toxinas del organismo.
Consumido crudo o en suplementos, el ajo puede ser un aliado en la prevención de resfriados, infecciones y enfermedades cardiovasculares. También se ha estudiado su efecto antioxidante, útil para combatir el envejecimiento celular.
En la práctica naturista, se recomienda incorporarlo de forma regular a la dieta, preferiblemente fresco y machacado, para aprovechar al máximo sus propiedades. Sin embargo, su uso debe ser moderado y supervisado en personas con tratamientos médicos específicos.
Ajo en ayunas
Comer ajo en ayunas es una práctica natural que se ha utilizado durante siglos por sus múltiples beneficios para la salud, especialmente en la desintoxicación del hígado.
Contiene compuestos sulfurados, como la alicina y el disulfuro de dialilo, que estimulan las enzimas hepáticas encargadas de eliminar toxinas del cuerpo. Al consumirlo en ayunas, estos compuestos se absorben más fácilmente, potenciando su efecto depurativo.
Uno de los principales beneficios del ajo es su capacidad para activar las funciones hepáticas. El hígado, siendo el principal órgano encargado de filtrar sustancias tóxicas de la sangre, necesita apoyo constante para funcionar correctamente, de este modo promueve la producción de bilis, lo que facilita la digestión de las grasas y mejora la eliminación de desechos.
Tomar uno o dos dientes de ajo crudo por la mañana, preferiblemente con agua, puede mejorar la circulación, reducir el colesterol y ayudar en procesos de limpieza interna. Sin embargo, es importante tener en cuenta que su consumo debe ser moderado, ya que en exceso puede irritar el estómago o causar molestias digestivas.
Vía Diario 2001