
En cada rincón del planeta, los accidentes de tránsito cobran miles de vidas cada año. Lejos de las cifras frías, hay historias truncadas, familias quebradas y responsabilidades compartidas.
El Día Mundial de la Seguridad Vial, conmemorado el 10 de junio, busca revertir esta realidad desde la educación, la cultura preventiva y la empatía en el manejo. No se trata solo de respetar señales, sino de cultivar una actitud vigilante y solidaria en la vía. La fecha convoca a gobiernos, ciudadanos y organizaciones a reflexionar sobre su papel en la seguridad del transporte, una tarea que no admite indiferencias.
Una fecha para sembrar conciencia

El 10 de junio no aparece en el calendario como una conmemoración casual. Fue elegida para subrayar la necesidad de integrar la seguridad vial en las políticas públicas, los programas educativos y la rutina cotidiana de millones de personas. Desde instituciones escolares hasta grandes empresas de transporte, el llamado es común: educar para prevenir.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que los siniestros en carretera son una de las principales causas de muerte en jóvenes de entre 5 y 29 años. Por ello, más allá de la infraestructura, se apunta a un cambio profundo en la forma de entender el tránsito como espacio compartido.
La prioridad es generar entornos seguros, donde se respeten los derechos de todos los usuarios de la vía, en especial los más vulnerables: peatones, ciclistas y pasajeros del transporte público.
Vía Infobae